El Castro de Santa Trega

En lo alto del monte del mismo nombre, junto al tranquilo pueblo de A Guarda, frente al inmenso océano Atlántico, se halla el ancestral Castro de Santa Trega. Un enclave casi tan viejo como las propias piedras sobre las que se encuentra, el cual se ve totalmente inmerso en un mundo de leyendas antiguas y mágicas.
Algunas de ellas han sido arrastradas por el cauce el tiempo hasta nuestros días. Como aquella que cuenta como hace cientos de años la zona sufría de una cruel sequía. Una noche, un pastor que dormía bajo las rocas del castro tuvo una visión de la virgen de Trega, la cual le dijo que todos los vecinos debían marchar en procesión hasta el alto del monte y ayunar durante tres días. Esta procesión puso fin a la dura sequía, por lo que los vecinos han seguido realizándola todos estos años.
Cuando visites el majestuoso Castro de Santa Trega podrás disfrutar de unas vistas únicas del atardecer rojizo reflejado en el océano, de las olas rompiéndose contra la costa gallega si miras al norte y contra la costa portuguesa si miras al sur. Pero también podrás encontrarte con la ermita que se erigió en honor a la virgen de Trega.
El propio castro es tan antiguo que se cree que se remonta al siglo I a.C., por lo que los rumores se pierden en el tiempo, así como su historia. Es sabido que los primeros habitantes de lo que en su día fue una gran población prerromana podrían ser incluso anteriores ya que, el descubrimiento de ancestrales petroglifos apunta a que el monte podría haber estado habitado 2.000 años antes de lo que se creía.