Sostenibilidad

El respeto por el medio ambiente, y el uso adecuado de los recursos naturales es la única fórmula que nos permitirá satisfacer las necesidades de las generaciones venideras.

La sostenibilidad de la industria del vino, la podemos valorar en diferentes planos. Por un lado, el paisajístico; en este sentido es muy importante que las bodegas se integren en el paisaje y mejoren el entorno, lo cual constituye un enriquecimiento paisajístico de las zonas rurales complementadas por el turismo enogastronómico. Por otro lado, es recomendable reducir el impacto en el medio ambiente, en primer lugar, reduciendo los vertidos y depurando las aguas vertidas; y en segundo lugar, reduciendo el uso de energía, empleando mejores aislantes en las construcciones y reduciendo el consumo de energías fósiles. Con respecto a la energía, se puede obtener gran potencia calorífica usando los sarmientos y plantas sustituidas para producir energía en calderas de biomasa. La geotermia y la energía solar en sus diferentes variantes, ayudarán a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.

Con respecto a los viñedos, debemos tener una actitud cuidadosa, evitando la sobreexplotación del campo, regulando las producciones mediante la poda, usando cubiertas vegetales para evitar la erosión de terreno y mediante cultivos inter-cepas que aporten nutrientes en el invierno. Desarrollo del uso abonos de origen orgánico, desplazando en la medida de lo posible, los de origen químico que pueden producir contaminaciones en aguas del subsuelo.

El uso de fertilizantes y de agua, debe ser aplicado de manera racional, minimizando el uso de recursos, maximizando el resultado, y alterando lo menos posible el ecosistema. En la medida de lo posible, el uso de técnicas alternativas de tratamiento de viñedo, como es la lucha integrada, puede contribuir a mantener la flora y la fauna de las fincas.

En cuanto a las operaciones en bodega, la industria estima en 4 litros el uso de agua necesaria para producir 1 litro de vino. Las máquinas y los productos de limpieza, cada vez son más eficientes, aplicando diferentes técnicas de limpieza aunando procesos físicos y químicos, ajustando la calidad de los vertidos, e instalando balsas de decantación y de ajuste de pH para reducir la calidad y cantidad de los vertidos en la red de alcantarillado, reduciendo el trabajo de estaciones de depuración.

En cuanto a las materias auxiliares, en el más amplio sentido de la palabra, debemos focalizar nuestros esfuerzos hacia el uso de materiales reciclables, con poca huella de carbono y añadiendo al proceso productivo materiales con poca huella de carbono y residuos que puedan tener periodos de descomposición demasiado largos. En este sentido, las bodegas, cada vez son más sensibles, y usan materiales más livianos, efectivos y que pueden tener varias vidas, tales como los vidrios reciclados.

Todo esto puede ser una gran oportunidad de negocio con la consecuente ventaja competitiva, a medida que se van consiguiendo certificaciones que se pueden usar como arma de venta tanto en mercado nacional como internacional. Cabe destacar que algunos países como Canadá, Suecia, Filipinas, Holanda y Alemania tienen ya una alta conciencia del reciclaje y de la huella de CO2 y, por tanto, estas pequeñas ventajas pueden suponer el factor diferenciador para desencadenar una compra.