Viticultura heroica de la Ribeira Sacra

El cultivo de la vid en la Ribeira Sacra: historia, tradición y valor cultural

La Ribeira Sacra es un lugar marcado por la configuración de su terreno, su geomorfología, por la presencia del río Miño y su mayor afluente, el Sil. Factores que han condicionado sobremanera el modo de cultivar la vid en esta región de Galicia, con un mayor esfuerzo físico de los viticultores y viticultoras que le han llevado al sobrenombre de viticultura heroica.

La viticultura de montaña, o viticultura heroica, tiene una serie de características que se dan en muy pocas regiones del mundo, y que son ejemplo de las limitaciones impuestas por el lugar donde se realiza, pero también de su elevado valor cultural, paisajístico y enológico. Así, en la viticultura de montaña no es posible mecanizar los viñedos y, dadas las condiciones del terreno, los viñedos son de pequeño tamaño, a veces fraccionados y generalmente organizados en terrazas de cultivo. Ello conlleva la necesidad de realizar grandes inversiones económicas para modernizar los cultivos, o en su defecto (y también lo más habitual en la Ribeira Sacra) invertir en esfuerzo humano y mano de obra para poder mantener los viñedos y cuidar de las vides.

A pesar de estas “desventajas”, desde el punto de vista económico y de la producción cuantitativa, la viticultura de montaña permite obtener vendimias de gran calidad, ya que cada parcela y cada cepa se cuidan casi de forma individual y personalizada. Además, obliga a emplear métodos más bien tradicionales para el manejo del viñedo, los cuales son mucho más respetuosos con el medio ambiente y la salud del propio viñedo que otros de tipo industrial o intensivo. Y no solo eso, la viticultura en terrazas o bancales configura un paisaje de elevada belleza que es también un importante elemento de carácter turístico y diferenciador de la comarca.

Viticultura de montaña

Una viticultura milenaria

Debido a las propias limitaciones que la geomorfología impone, la viticultura de la Ribeira Sacra apenas ha cambiado desde hace siglos. Hoy sabemos que el origen del cultivo en terrazas, en los denominados bancales, muras o pataos, se remonta al siglo X por lo menos. Y que los monjes de los numerosos monasterios de la Ribeira Sacra regían la producción de la uva en las tierras aforadas, configurando el mapa vitícola de la zona en la Edad Media.

Así es que una buena parte de los viñedos que podemos ver actualmente en la Ribeira Sacra continúan ocupando las mismas zonas de cultivo que hace 1.000 años. Y no solo eso, la forma de cultivar en terrazas y el manejo manual del viñedo también son prácticas ancestrales que ponen en relieve el valor cultural de la viticultura heroica.

Los viticultores y viticultoras tienen que sortear numerosos obstáculos de piedras y lidiar con la fuerte inclinación del terreno mientras realizan su trabajo, ya de por sí intenso. En ocasiones las vides se encuentran en lugares verdaderamente inaccesibles, entre peñascos y con sus raíces hundidas en suelos pedregosos. Al ver algo así, una (o uno) se da cuenta de la inmensa labor de estas gentes, pero también de las escasas necesidades nutricionales de las vides, y especialmente cuando se trata de variedades autóctonas, adaptadas a las condiciones edafoclimáticas de su lugar de origen y capaces de crecer y dar buenos frutos en lugares que muchos considerarían inhóspitos.

Viticultor vendimia Ribeira Sacra
Viñas sobre rocas

No son pocas las fincas de viñedos, especialmente las de mayor pendiente, que han instalado montacargas con raíles para poder transportar las cajas de vendimia por pendientes que pueden llegar a alcanzar el 80% de inclinación. Este sencillo mecanismo consta de dos raíles, a modo de vía, por la que circula una pequeña plataforma metálica escalonada. Los vendimiadores y vendimiadoras cargan las cajas con los racimos, de unos 15 kilos de peso, hasta la plataforma y ésta es accionada mecánicamente para que suba las cajas apiladas hasta el camino o carretera más cercano. De ahí las cajas se llevan a la bodega en tractores u otros vehículos.

Pero no siempre existe un acceso para vehículos hasta el viñedo, y en ocasiones las cajas de vendimia son transportadas a hombros de los viticultores y viticultoras pendiente abajo, hasta el río, y cargadas en embarcaciones que las llevan hasta el embarcadero más cercano y así transportar la vendimia por carretera hasta la bodega.

Raíles para cargar la vendimia en la Ribeira Sacra

 

Los pataos y el paisaje de la Ribeira Sacra

Los pataos, también denominados bancales, socalcos o muras son un ejemplo de adaptación del ser humano a la geomorfología de la zona para el aprovechamiento agrícola del suelo, y que en la Ribeira Sacra se encuentra en todas partes.

Los muros de piedra configuran terrazas que permiten un aprovechamiento óptimo del terreno, salvando las fuertes pendientes, pero también evitando la erosión del suelo y facilitando la conservación del calor del sol. Las piedras de los muros se calientan durante el día y, al llegar la frescura de la noche, van liberando lentamente el calor. De este modo se consigue resistir heladas primaverales y una mejor maduración de los racimos, incluso de aquellos que se encuentran en la cara opuesta a la mayor incidencia de rayos solares.

Pataos en la Ribeira Sacra

Más allá de su importancia vitícola, los pataos de la Ribeira Sacra son protagonistas en la configuración del paisaje, en combinación con masas forestales, pequeños núcleos poblacionales, grandes rocas, meandros y un buen número de monasterios. Y es que, las terrazas de viñedos llevan muchos siglos presentes en la región, y son parte indiscutible de la historia y el paisaje de este lugar único en el mundo.

Un paisaje cultural que ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Xunta de Galicia y que está a un paso de ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

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