Cabo Silleiro

Si existe un lugar para definir la sensación de brisa y ese oleaje del Atlántico tan característicos de las Rías Baixas, ese puede ser, perfectamente, Cabo Silleiro. También a nivel paisajístico, por su orografía y su faro, es un ejemplo ideal de lo que son las infinitas costas gallegas. Un lujo para viajeros y, más todavía, para quien reside en el entorno de un lugar tan poético como místico.
 

Cabo Silleiro y su Faro: magia en Baiona

¿Por qué hablamos de magia? ¿Por qué nos referimos a Cabo Silleiro como un lugar poético? Tan solo hay que conocerlo, vivir lo que se vive allí, sentir esa sensación tan única. Esas olas rompiendo contra los muros, esa brisa que refresca según azota en la frente. Dos segundos adentrados en Cabo Silleiro se hacen eternos; en cinco minutos, uno sale de ahí como nuevo.
Además, para tener esa estampa clásica de este lugar, nos falta su faro. Faro Silleiro fue inaugurado en el año 1866, pero reemplazado de lugar, a una parte más alta en la montaña. Ahí, imperante y tal como lo vemos hoy en día, lleva un siglo, exactamente desde el año 1924. Actualmente utiliza, como no, una lámpara de petróleo, pero en sus primeros años se encendía con una mecha generada a partir de aceite vegetal. Y es que estos detalles que siempre esconden estos lugares, estos faros que lo ven todo, son parte de su siempre intrínseco encanto.
Eso sí, el faro no se puede visitar por dentro, pero sí acercarse a su alrededor y disfrutar de unas bonitas vistas a esta parte del Atlántico.