Enclaves arqueológicos de Galicia: poblados castreños y muestras de arte rupestre

Turismo arqueológico de Galicia: poblados castreños y muestras de arte rupestre

El pueblo Castrexo, o Castreño, ha dejado una profunda huella en la tierra gallega. Tanto que a día de hoy se siguen encontrando nuevos Castros llenos de misterios aún por conocer. Aunque todavía queda un largo camino por recorrer para conocer mejor la cultura Castrexa, lo cierto es que existen numerosas similitudes entre ésta y las costumbres tradicionales gallegas.

Antes que los Castrexos, en la Edad de Bronce, los habitantes de tierras gallegas dejaron infinidad de muestras de arte rupestre, los petroglifos, así como numerosos objetos y construcciones.

En estas líneas queremos hablar de algunos de los yacimientos más importantes de los pueblos prerromanos, aunque, como veremos a continuación, Castrexos y Romanos coexistieron en Galicia durante varios siglos.

 

Yacimientos, arte rupestre y otros enclaves

 

Conjunto arqueológico natural de Santomé

Este especial yacimiento, situado a escasos 3 kilómetros de la ciudad de Ourense presenta un valor muy singular. Y es que en él se hallan los restos de un castro (poblado castreño) y un poblado romano, ambos del siglo I y situados a escasos metros el uno del otro. El Conjunto de Santomé es una de las evidencias que pone de manifiesto la convivencia que ambas culturas alcanzaron en Galicia, y que se mantuvo durante siglos.

En los alrededores de estos asentamientos, podremos disfrutar de un entorno natural excepcional. Un gran bosque autóctono de robles, encinas, alcornoques, pinos y madroños; y el precioso río Loña, cuyos meandros discurren muy cerca del Castro de Santomé.

 

Parque Arqueológico de Arte Rupestre (P.A.A.R.) de Campo Lameiro

El PAAR de Campo Lameiro destaca por su impecable estado de conservación y por ser uno de los lugares con mayor concentración de muestras de arte rupestre de Galicia.

En su gran área arqueológica, con un recorrido de tres kilómetros, encontraremos numerosos petroglifos: grabados rupestres en rocas de granito que muestran formas de la vida cotidiana de nuestros antepasados y otras de motivos todavía desconocidos. Destacan aquí los petroglifos con formas de ciervos, como el de “Fonte da Pena Furada”, y formas de caballos, como el de “Laxe dos Cabalos”.

Además, encontraremos la recreación de un poblado de la Edad de Bronce, con casas de sección circular y techos de paja, lugares de almacenamiento y cercados para los animales. Todos ellos construidos con los materiales de antaño y con riguroso esmero para recrear la vida cotidiana de nuestros antepasados, hace más de 4000 años.

El PAAR de Campo Lameiro consta también de una exposición permanente donde podremos acercarnos más a las culturas prerromanas de Galicia y conocer de un modo lúdico cómo vivían nuestros antepasados. El parque ofrece también visitas guiadas, visitas nocturnas y actividades con niños. Entre sus instalaciones destaca su cafetería-restaurante, una tienda, áreas de descanso al aire libre y un laberinto inspirado en los famosos petroglifos de Mogor, en Marín, de los que os hablamos a continuación.

 

Petroglifos de Mogor en Marín

Estos son quizá los petroglifos más estudiados de Galicia. Actualmente se encuentran musealizados, con jardines y pasarelas que permiten su visualización evitando que sean pisados.

Se trata de tres conjuntos de grabados rupestres: la Pedra do Labirinto, la Laxe dos Mouros y la Pedra dos Campiños, todos ellos de singular belleza por sus formas redondeadas y laberintos tallados. A día de hoy no se sabe con certeza qué querían representar nuestros antepasados con estas peculiares formas, pero lo cierto es que existen ciertos patrones que se repiten en los yacimientos hasta ahora hallados en Galicia. En el entorno de Marín existen otras muchas muestras de arte rupestre pero, desgraciadamente, no se encuentran habilitadas para su visita.

 

Área Arqueológica de Tourón en Pontecaldelas

Esta es una de las áreas arqueológicas al aire libre más importantes de Galicia. En un recorrido de 2 kilómetros hay cinco estaciones de arte rupestre con numerosos petroglifos. Estas muestras de arte rupestre datan de finales del Neolítico y principios de la Edad de Bronce, hace más de 4000 años.

Los motivos de estos grabados son muy diversos: desde cazoletas y formas circulares a trisqueles y animales. Destaca la estación de Laxe das Cruces, en la que se hallan petroglifos de ciervos y otros animales combinados con formas geométricas.

 

Los Castros

Los castros son quizá los yacimientos más representativos de Galicia. Los poblados de la cultura castrexa son tan abundantes en nuestra geografía que continuamente se están descubriendo nuevos yacimientos. Todos ellos presentan un valor histórico singular y muy importante en Galicia.
Puesto que los castros gallegos son prácticamente innumerables, os hablaremos aquí de algunos de los castros mejor conservados y más hermosos por estar situados en parajes realmente espectaculares.

 

Castro de Viladonga en Castro de Rei

Este poblado castreño de Castro de Rei (Lugo) destaca por su excepcional estado de conservación. Conserva prácticamente intacta la característica fortificación que rodeaba a los poblados castreños, así como las estructuras de las casas y otros elementos. Cuenta además con un museo monográfico en el que se exponen los numerosos objetos empleados por nuestros antepasados y que fueron hallados durante las excavaciones.

 

Castro de Santa Trega en A Guarda

Este es uno de los castros más jóvenes de Galicia, y se encuentra en muy buen estado de conservación. En él hallaremos paneles con información de relevancia acerca del castro y la cultura castreña.

Se sitúa en lo alto de una colina escarpada, desde la cual disfrutaremos de unas vistas de vértigo de la desembocadura del río Miño y del océano Atlántico.

 

Castro de Baroña en Porto do Son

Situado en una pequeña península que se adentra en el océano Atlántico, el castro de Baroña es uno de los más pintorescos de Galicia. Se encuentra rodeado de zonas de especial valor paisajístico y natural, muchas de ellas protegidas.

Desgraciadamente este castro no se encuentra todo lo bien conservado que podría, debido en parte a la ausencia de barreras que propician descuidadas intromisiones y la caída de piedras que forman parte de la estructura del antiguo poblado.

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