Parques Naturales de Galicia

Los Parques Naturales de Galicia

Galicia está llena de parajes naturales de especial valor ecológico, paisajístico y etnográfico, todos ellos dignos de respeto y protección. Cada vez somos más conscientes del valor de los recursos de la naturaleza y por ello se han creado diferentes figuras de protección de estos espacios. Podríamos clasificar los espacios naturales de un modo genérico y de mayor a menor grado de protección en: Parques Nacionales, Parques Naturales, Monumentos y Reservas Naturales, Lugares de Importancia Comunitaria (LIC), Zonas de Especial Conservación Para las Aves (ZEPA), Humedales de Importancia Internacional (Ramsar) y Reservas de la Biosfera, entre otras figuras.

En Galicia podemos encontrar numerosos ejemplos de espacios protegidos. Actualmente, existe un único Parque Nacional, el Marítimo-Terrestre das Illas Atlánticas; y seis Parques Naturales (de los que os hablamos en este artículo), además de numerosas Reservas de la Biosfera, LIC de la Red Natura, etc.

 

Los seis Parques Naturales gallegos

Los Parques Naturales son espacios protegidos, de singular valor biológico y natural, que se centran en la conservación de la biodiversidad de la flora y fauna allí presentes. Por ello, antes de visitar un Parque debemos informarnos de la normas de seguridad y recomendaciones específicas para cada uno de ellos. Éstas están siempre escritas en paneles informativos, en la página web del Parque, y en los centros de interpretación de los principales accesos al mismo.

 

Fragas do Eume

Las hermosas Fragas do Eume están situadas en los municipios coruñeses de Pontedeume, Monfero, Cavanas y A Capela, al final de la Ría de Ares – Betanzos, en la costa atlántica del norte de Galicia. Fueron declaradas Parque Natural en el año 1997.

Las fragas son bosques caducifolios, de espesa vegetación, en los que se dan las condiciones idóneas para el desarrollo de singulares especies de plantas y animales, que dependen de este ecosistema para subsistir. Así, las Fragas do Eume son bosques de encanto, oscuros y dificultosos en algunas zonas, pero siempre hermosos y evocadores.

Los bosques están conformados principalmente por árboles y arbustos como robles, castaños, abedules, fresnos, olmos, madroños, laureles, acebos, arándanos y avellanos. Pero también se pueden encontrar algunas especies minoritarias y especialmente protegidas como los helechos primitivos Woodwardia radicans y Culcita macrocarpa, ambos originarios de la era Terciaria, hace 65 millones de años. Los hábitats de estos helechos, en serio peligro, han quedado reducidos a unas pocas zonas en el mundo.

Las condiciones de la fraga y la presencia del río Eume, que atraviesa los bosques en toda su longitud, son idóneas para el desarrollo de numerosos anfibios, como tritones, salamandras, ranas y sapos; peces como las anguilas, los reos y las truchas; aves como el martín pescador, el mirlo real, el búho chico, el búho real o el halcón peregrino; mamíferos como las nutrias, tejones, zorros y corzos; y numerosos insectos como la vacaloura (ciervo volante) o el hermoso escarabajo Carabus galicianus. Muchas de estas especies están en serio peligro, y dependen de las condiciones de la fraga para poder sobrevivir.

Además de bosques de ensueño que parecen sacados de un cuento de hadas, en las Fragas do Eume existe un rico patrimonio arquitectónico y cultural. Destacan el Monasterio medieval de Caaveiro y el Monasterio de Santa María de Monfero, ambos declarados Monumento Histórico-Artístico, y visitas imprescindibles si vas a las Fragas. También son numerosos los elementos etnográficos como las “curripas”: pequeñas construcciones circulares en el suelo donde los lugareños almacenaban las castaña que recolectaban en las fragas.

Las Fragas do Eume disponen de numerosas rutas de senderismo, perfectamente señalizadas y de diferentes grados de dificultad. Las ruta más conocida, ruta dos encomendadeiros, es apta para todos los públicos, ya que discurre cerca del río, permitiéndonos disfrutar de paisajes de ensueño y cruzar sus fantásticos puentes colgantes hasta llegar al monasterio de Caaveiro, en pleno corazón de las Fragas do Eume.

Para los más aventureros, en las Fragas encontraremos paquetes turísticos, ofrecidos por diferentes servicios privados, que incluyen actividades kayak por el río Eume, rutas en bicicleta, largas travesías a pie o expediciones de fotografía, entre otros.

 

Complejo Dunar de Corrubedo y Lagunas de Carregal y Vixán

También conocido como las Dunas de Corrubedo, este parque del litoral gallego se encuentra en la parroquia de Corrubedo, en el municipio de Ribeira, en el extremo más occidental de la península del Barbanza. Declarado Parque Natural en 1992, es el segundo más antiguo de Galicia, después del Monte Aloia.

Se trata de uno de los parajes más singulares de la península ibérica, en el que enormes dunas costeras dan cobijo a dos hermosas lagunas antes de abrirse paso hacia el inmenso Atlántico. Todos y cada uno de los elementos: los vientos del océano, el oleaje, la orografía, el clima… se encuentran aquí íntimamente entrelazados de tal modo que configuran un paisaje espectacular y único.

En Corrubedo se encuentra la duna móvil más grande del noroeste peninsular, así como la laguna de Carregal, de agua salobre, y la laguna de Vixán, de agua dulce. En la laguna de Vixán encontraremos un observatorio de aves donde podremos divisar numerosas especies como garzas, patos, zambullidores, chorlitejos patinegros, andarríos, ostreros, píllaras, etc. En las enormes playas de Corrubedo, podremos divisar cormoranes, pardelas y alcatraces.

Las dunas y humedales del parque también dan cobijo a una enorme diversidad de anfibios y reptiles, así como plantas adaptadas a las peculiares condiciones que aquí se presentan, algunas de ellas en peligro.

El parque cuenta con cinco rutas de senderismo, cuyo recorrido transcurre en parte por las pasarelas habilitadas sobre las dunas, ya que está prohibido pisarlas. Todas ellas son fáciles y bastante cortas, aptas para todos los públicos, y perfectas para conocer las dunas, las lagunas y las playas del parque.

 

Monte Aloia

El Monte Aloia se encuentra en la Serra do Galiñeiro, en el municipio de Tui, al suroeste del territorio gallego. Es el Parque Natural más antiguo de Galicia, declarado sitio natural de interés nacional en 1935 y Parque Natural en el año 1978.

Este monte, que alcanza una altitud de 630 metros sobre las cuencas de los río Louro y Miño, posee una diversidad de flora y fauna únicas. Por sus encantadores bosques de robles y pinos transcurren numerosos arroyos, y en lo más alto del monte podremos disfrutar de sobrecogedoras vistas del Baixo Miño en uno de sus miradores.

En el centro de interpretación podremos conocer el parque en su exposición interpretativa, antes de realizar alguna de las seis rutas de senderismo que comienzan en este punto. Destaca su senda botánica, en la que además de especies autóctonas encontraremos magníficos árboles exóticos que se cultivaron hace muchos años.

Además, en el Monte Aloia también se han hallado restos arqueológicos de la cultura castreña. Destaca la Muralla Ciclópea, construida a modo de muro defensivo y cuyos restos han perdurado hasta nuestros días. En los poblados castreños (castros) del Monte Aloia, se han encontrado también restos prehistóricos como molinos de mano y cerámicas.

 

Baixa Limia y Serra do Xurés

El Parque Natural Baixa Limia y de la Sierra del Xurés se encuentra en el suroeste de la provincia de Ourense y abarca los municipios de Lobios, Entrino y Muiños. El conjunto de este Parque Natural, y el contiguo Parque Nacional de Portugal Peneda-Gerês, han sido declarados Reserva Mundial de la Biosfera por la Unesco, siendo la única de carácter transfronterizo en toda Europa.

Esta Reserva de la Biosfera posee elementos etnográficos y culturales de gran valor, como las “alvarizas” (colmenas amuralladas), la cría de vacas autóctonas de raza Cachena y de los cerdos Bísaro y Celta, la elaboración de productos como embutidos y quesos, etc. Todas las actividades agroalimentarias, turísticas y de artesanía que aquí se realizan son ejemplos de desarrollo sostenible, y del uso de los recursos naturales de un modo respetuoso que preserva y pone en valor su entorno natural.

La riqueza de este Parque Nacional se debe a su diversidad de ecosistemas forestales y de turberas, y a la confluencia del clima Atlántico y Mediterráneo. Es por ello que aquí se encuentran numerosas especies endémicas, que solo se encuentran en lugares muy específicos del planeta. En la Serra do Xurés y su entorno se encuentran más de 850 especies de plantas que reflejan la enorme biodiversidad de la región.

El paisaje del parque está claramente marcado por la presencia del río Limia, que a lo largo de milenios ha escarbado valles y gargantas en la montañosa sierra. A través de sus rutas de senderismo y de BTT podremos conocer de cerca sus bosques y montañas, y los “bolos graníticos” de origen glaciar que se encuentran en algunas aldeas. Si subimos a alguna de las montañas podremos admirar la grandeza del entorno desde alguno de sus miradores.
En este Parque Natural son abundantes los yacimientos romanos, que se instalaron aquí hace siglos. Destaca la Portela de Home, en la que se preservan algunos de los 116 miliarios de la Vía Nova romana que unía Braga con Astorga. Y los restos de la Mansión Aquis originis, construida en el siglo I por los romanos para hacer uso de los afloramientos termales de Lobios.

 

O Invernadeiro

El Parque Natural O Invernadeiro se encuentra en el municipio de Vilariño de Conso, en la provincia de Ourense. Se trata de una zona montañosa al sur del Macizo Central, que abarca también las sierras de A Quiexa, San Mamede y Fial das Corzas. Aparte de O Invernadeiro, las sierras del Macizo Central son considerados Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) pertenecientes a la Red Natura 2000, y están en proceso de ser reconocidas también como Parque Natural.

O Invernadeiro es un extenso parque montañoso con casi 6000 hectáreas de pura naturaleza, en las que no se encuentra ningún asentamiento humano ni rastros de civilización. Para visitarlo es necesario pedir permiso. Este es un parque recomendado para profesionales y verdaderos amantes de la naturaleza, acostumbrados a las vicisitudes de la montaña.

La especial orografía de esta parque, configurada por montañas que forman profundos valles, extensas llanuras de considerable altitud y la presencia de los ríos Ribeira Grande y Ribeira Pequena, propician las condiciones idóneas para la vida de una amplia diversidad de plantas y animales. Uno de los mayores atractivos de O Invernadeiro es la fauna de mamíferos como los ciervos, corzos, cabras montesas, rebecos, gatos monteses, armiños, tejones, nutrias, entre otros muchos. Con un poco de suerte, y siendo cautelosos, podremos llegar a divisar algún ejemplar. Esta sierra también es el lugar perfecto para el avistamiento de aves de rapiña y rapaces.

En el Parque do Invernadeiro encontraremos seis rutas de senderismo, todas circulares, y que ofrecen distintas alternativas y niveles de dificultad. Las más recomendables para visitantes inexpertos o en familia son la “Ruta da Auga” y la de “Camiño das Troitas”, por su facilidad y porque ambas nos permiten admirar la belleza de los ecosistemas fluviales de O Invernadeiro. Ambas rutas comienzan en la Aula da Natureza, un espacio destinado a informar sobre el parque y gestionar las actividades lúdicas y educativas que en él se realizan.

 

Serra da Enciña da Lastra

Este Parque Natural se encuentra en los límites de la provincia de Ourense, en el municipio de Rubiá, limítrofe con la vecina Comunidad Autónoma de Castilla y León.

La Serra da Enciña da Lastra es un Parque de carácter montañoso encajado entre los valles del río Sil. Las peculiaridades de su suelo calizo y poco frecuente en Galicia, donde dominan las rocas graníticas y metamórficas, han propiciado la formación de numerosas cuevas o “palas”. Estas son frecuentadas por espeleólogos que buscan sus maravillas ocultas y también por animales como los murciélagos. Y es que en este Parque Natural se encuentran algunas de las colonias de murciélagos más grandes de España.

Además, la Serra da Enciña alberga una gran biodiversidad de aves y de plantas. Aquí se encuentra la mayor concentración de aves nidificantes de Galicia, que dependen del buen estado de conservación de sus bosques para asentarse. En ellos abundan las encinas y los castaños, pero también se encuentran ejemplares de almendros, olivos y alcornoques. Son habituales las plantas aromáticas, como el tomillo silvestre, y también las orquídeas, de las cuales aquí se encuentran más de 25 especies.

Los Parques Naturales de Galicia son tan espectaculares como valiosos, ofreciéndonos bellos parajes y una enorme diversidad de fauna y flora desde el litoral hasta las montañas del interior. Están ahí para que todos los disfrutemos, pero sobre todo para ser respetados y para preservar el valor natural y ecológico de una tierra singular.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

*