La vacaloura (ciervo volante): el insecto más emblemático de Galicia

La querida vacaloura de Galicia

La vacaloura, también llamada vacaloira, escornabois, carouca o cornetán (ciervo volante en castellano) es uno de los animales más emblemáticos de Galicia, entre otras cosas, gracias a su relativa abundancia. Se trata de un escarabajo, de la especie Lucanus cervus. Son especialmente llamativos los ejemplares macho debido a sus grandes mandíbulas modificadas para la lucha y que parecen la cornamenta de un ciervo (de ahí el nombre ciervo volante).

Estos escarabajos se encuentran distribuidos por casi toda Europa, pero es una especie en peligro debido a la destrucción de sus hábitats. Es, además, el escarabajo más grande de toda Europa, con tamaños comprendidos entre los 3 y 9 centímetros en el caso de los machos y entre 3 y 4,5 centímetros en el de las hembras.

Los adultos se ven desde mediados de junio hasta el otoño. A mediados de junio empiezan a salir de la base de los árboles o de zonas donde la madera en descomposición es blanda, en julio y a principios de agosto es el apareamiento y a mediados de agosto se acaba la reproducción.

El vuelo de los machos de vacaloura (las hembras no suelen volar) se puede ver al final del atardecer, entre 15 minutos antes del ocaso y 15 minutos después, cuando también se ve el vuelo de los murciélagos. Pueden alcanzar los 6 kilómetros/hora y se dirigen hacia las hembras, que suelen esperar en la corteza de un árbol óptimo para poner huevos. Los machos se baten en contienda con sus enormes “cornamentas” para disputarse el apareamiento, por lo general gana el que hace perder el equilibrio al otro propiciando su caída del árbol. Pero en ocasiones algunos machos de menor tamaño, y por lo tanto menos aptos para la “batalla”, aprovechan mientras los demás están en lucha para aparearse con la hembra.

Machos de vacaloura peleándose
Machos de vacaloura en pelea
Hembra de vacaloura o ciervo volante
Hembra de vacaloura

Las hembras depositan los huevos en las grietas de la corteza de árboles. Cuando los huevos eclosionan, las larvas se pasan de uno a cinco años alimentándose de madera en descomposición, preferiblemente de árboles frondosos, por lo que acostumbran a vivir en bosques de robles (carballos en gallego) y especialmente en lo que Galicia denominamos fragas (bosque caducifolio con gran diversidad de especies vegetales y generalmente bien conservado).

En general, las vacalouras se encuentran en bosques donde abunda una variedad de árboles de hoja caduca, incluidos todos los de las familia del roble (género Quercus), las hayas (Fagus), los sauces (Salix), los tilos (Tilia) y especies concretas como el fresno (Fraxinus excelsior), el álamo negro (Populus nigra), el castaño de indias (Aesculus hippocastanum), el cerezo silvestre (Prunus avium) y el nogal (Juglans regia).

 

Importancia de la vacaloura en la cultura popular gallega

Ciervo volante en un árbol

Antiguamente, los “cuernos” de la vacaloura (los de los machos), se consideraban amuletos protectores contra las meigas y el mal de ojo. Puesto que esta parte del animal le servía de defensa contra otros machos, se consideraba que llevar su “cornamenta” como colgante, o guardada en un pequeño saco de tela, también tenía un efecto protector en el portador. Incluso se le ataban en la muñeca a los niños pequeños para protegerlos del raquitismo.

En el libro “Galicia viva: la fauna gallega y algo más” de José Curt Martínez, publicado en 1978, se recoge el siguiente dicho popular:

Non teño medo ós teus ditos
nin medo do teu meigallo
que ando cunha vacaloura
e catro dentes de allo.

No tengo miedo a tus dichos
ni miedo de tu “embrujamiento”
que llevo una vacaloura
y cuatro dientes de ajo.

Los amuletos con cuernos de vacaloura se empleaban en diversos ámbitos, y de formas distintas, contra el mal de ojo, los meigallos y las enfermedades, e incluso para tratar las picaduras de animales venenosos.

Otra vertiente de su uso tradicional tiene que ver con los “hechizos de amor”. Para ello, se cocían flores y hojas de sabugueiro (saúco), ruda y fiuncho (hinojo) con un cuerno de vacaloura y se recitaban unas palabras para conseguir la atención de la persona amada.

La referencia cultural más reciente y de mayor trascendencia en la Galicia actual tiene que ver con una canción de un popular programa infantil-juvenil de la Televisión de Galicia, el “Xabarín Club”. La canción, titulada “Carmiña Vacaloura”, fue compuesta por Maestro Reverendo y marcó a toda una generación de gallegos que, solo al escuchar el título, es capaz de revivirla al instante. En este caso, la vacaloura se presenta como un animal sabio, poderoso y gentil al que los demás insectos acuden para pedir consejo.

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