El coronavirus da una tregua a la venta de vino gallego

La reapertura de la Horeca y las exportaciones da un respiro al sector en Galicia

Hace ya más de seis meses veíamos como el mercado del vino en todo el país sufría una caída sin precedentes debido, en primer lugar, al cierre del canal Horeca pero también a la incertidumbre en las exportaciones causada por la pandemia de coronavirus. Aunque la venta de vino online y en supermercados sí ha aumentado desde el comienzo de la pandemia, y especialmente en los meses de confinamiento, esto no ha sido suficiente para suplir las necesidades de la mayoría de bodegas de Galicia, que dirigen sus productos a la hostelería y a los restaurantes (canal Horeca) y también a la exportación a países de todo el mundo como EEUU, Canadá, Reino Unido, Irlanda, Alemania o Suecia entre muchos otros.

A ello hay que sumar la política de aranceles del 25% que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto a la importación de diversos productos en su país, entre los que están los vinos de menos de 14º, una graduación que difícilmente se alcanza en las zonas vitícolas de Galicia

Ante este panorama, parecía que el futuro de los vinos gallegos no iba a ser muy halagüeño, o más bien catastrófico. De hecho, hasta el mes de mayo se estimaba una caída en las ventas de entre el 30 y el 50%, dependiendo de la Denominación de Origen.

Pero el tiempo ha pasado y la Horeca ha vuelto a abrir sus puertas, las exportaciones se han reactivado, al menos en parte, y los consumidores ya no ven restringido el consumo de vino al confinamiento en sus hogares. Gracias a ello, el mercado del vino gallego ha aumentado en los últimos tres meses, dando un necesario respiro a un sector que temía la debacle y se ahogaba con la llegada de la vendimia 2020. Así, se estima que el descenso en la comercialización de vinos gallegos finalmente ha sido de entre el 8 y el 12% según qué zona de producción.

Camarero con mascarilla

Estos datos, aunque alentadores, no son suficientes, ya que el aumento de las ventas no ha suplido el descenso de los meses de confinamiento y algunas bodegas todavía hacen números para mantener sus negocios a flote. La incertidumbre sigue gobernando en el sector, que además teme un nuevo cierre de la Horeca si los rebrotes de covid-19 continúan, así como la vuelta a las paralizaciones en las exportaciones.

 

¿Qué hace falta en Galicia?

Como hemos dicho, la reapertura de restaurantes, hoteles y cafeterías en la época estival ha traído consigo un significativo aumento de las ventas de vinos gallegos, algo que se ha notado en prácticamente todas las Denominaciones de Origen del vino de Galicia, con excepción de la Ribeira Sacra, ya que el verano nunca ha sido el momento en el que más vino se vende en esta DO.

El empeño de los Consellos Reguladores por tratar de atajar la situación estimulando la venta online de los vinos de las bodegas adscritas y apoyando iniciativas como las marcas “Xuntos” y “Xuntas” de los colleiteiros de O Ribeiro ha dado sus frutos, pero no tanto como lo ha sido la reapertura de la Horeca.

Las medidas del gobierno central para la destilación de vinos y la cosecha en verde, cuyas condiciones no se adaptan a la realidad vitivinícola de Galicia, no han servido para reactivar el sector, y sólo un puñado de bodegas se han beneficiado de las ayudas económicas.

Lo que los productores y el gobierno autonómico reclaman son medidas que sirvan para impulsar el comercio del vino gallego en la nueva realidad. En este sentido, parece que el canal online y el de supermercados son los únicos que aportan garantías a largo plazo, frente a la incertidumbre en la Horeca y las exportaciones, al menos mientra la pandemia siga condicionando el comportamiento de los mercados.

Quizás sea el momento de desarrollar estrategias que acerquen el vino a los consumidores y a sus hogares, así como apoyar al sector Horeca en los momentos tan crudos que está atravesando. Quizás el sector del vino y el de la restauración deban darse la mano y desarrollar campañas que actúen en beneficio mutuo empleando las herramientas digitales como principal vehículo, ya que son las únicas que permanecen a pesar del coronavirus, y que también son necesarias en los tiempos actuales. Es el momento de emprender acciones que estén a la altura de esta difícil situación. Quizás el “sálvese quien pueda” forme ya parte del pasado y lo que toca en los nuevos tiempos es unirse para lograr objetivos que son comunes y vitales para ambos sectores.

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