Tratamientos de belleza basados en las propiedades de la uva y del vino
Al igual que las uvas y el vino, muchos subproductos de la vinificación muestran propiedades beneficiosas desde un punto de vista cosmético y que contribuyen a la belleza y bienestar. Dichos subproductos serían aquellas sustancias de origen natural resultantes de la elaboración de vinos, es decir, las pieles u hollejos de las uvas, las pepitas, las lías (o levaduras muertas) y las sales de ácido tartárico (tartratos y bitartratos) principalmente. Estos productos que en un principio son “deshechos” de la vinificación son ampliamente utilizados con otros fines transformándolos en materias primas de otros procesos como pueden ser el compostaje, la destilación, el aprovechamiento del ácido tartárico como producto enológico o la cosmética.
Las propiedades del vino y sus subproductos son ampliamente conocidas y empleadas en tratamientos para la relajación, belleza y bienestar en la denominada vinoterapia. Estos servicios suelen ofrecerse en instalaciones especializadas como balnearios, talasos y spas donde se emplean acompañados de masajes y tratamientos con aguas termales para eliminar toxinas y mantener una piel joven y elástica, entre otras finalidades. Actualmente también existen en el mercado una gran variedad de tratamientos de belleza a base de subproductos del vino que cualquiera puede emplear en su hogar: desde cremas hidratantes a tratamientos exfoliantes, serums o jabones, entre otros.
A continuación explicamos cuáles son estos subproductos del vino empleados en la cosmética, cómo contribuyen a la belleza y qué propiedades y principios activos son los responsables de sus efectos.
Antioxidantes de las uvas y su efecto rejuvenecedor
Las uvas y sus subproductos son excepcionalmente ricas en antioxidantes (polifenoles) principalmente, pero también en aminoácidos y otros compuestos interesantes para su uso cosmético. En la uva, la mayoría de polifenoles se encuentran en los hollejos y en las semillas, y es en las segundas donde se encuentra alrededor del 60% del total de polifenoles de este fruto. Por ello, el aceite de semillas supone una fuente importante de polifenoles (como los taninos y el resveratrol) y también de ácidos grasos esenciales como el ácido linoleico (Omega 6) y ácido linolénico (Omega 3), ambos beneficiosos para la salud debido a su acción antiinflamatoria e inhibición de la agregación plaquetaria. Además el aceite de semillas contiene abundante vitamina E, fitoesteroles, tocoferol y carotenoides.
Los hollejos de las uvas se emplean como escudo anti radicales libres gracias a su gran cantidad de polifenoles. Aunque su concentración en polifenoles es algo menor que en las pepitas, la cantidad en kilogramos de este subproducto es mucho mayor que la de pepitas y por ello su aprovechamiento resulta muy eficaz además de más económico.
Los fabricantes de productos cosméticos a base de subproductos del vino aseguran que sus propiedades antioxidantes son una magnífica herramienta contra el envejecimiento de la piel, ya que proporcionan elasticidad y firmeza al tiempo que difuminan las arrugas. Además, sus efectos antioxidantes contribuyen a prevenir los daños causados por los radicales libres de oxígeno, principales causantes del envejecimiento cutáneo fotoinducido.
Otros tratamientos cosméticos derivados de la vinificación
Otros subproductos de la elaboración de los vinos pueden ser una fuente interesante de sustancias con potencial cosmético. Tal es el caso de las sales de ácido tartárico, comúnmente llamados tartratos, que se forman como resultado de la estabilización de los vinos fundamentalmente. Los tartratos son un tipo de alfahidroxiácidos (AHA) muy valorados por su capacidad hidratante y exfoliante, ya que ayudan a eliminar las células muertas produciendo una transformación epidérmica.
Por otra parte, los subproductos como las lías y otros turbios resultantes de la vinificación son ricos en aminoácidos que les confieren propiedades cosméticas como hidratantes naturales, reparadores de tejidos e incluso destructores de radicales libres.