El vino como fuente de polifenoles antioxidantes

Los antioxidantes del vino y sus beneficios para la salud

El consumo moderado de vino, de una o dos copas al día como mucho, resulta beneficioso para la salud. Como es evidente, este consumo moderado es aconsejable sólo en aquellas personas que estén sanas y a las que no se le haya contraindicado el consumo de alcohol. En cualquier caso, los médicos son los únicos responsables de aconsejar o no el consumo moderado de vino en personas que padezcan alguna dolencia o enfermedad.

En la dieta mediterránea, el vino es considerado un alimento más que se consume acompañando las comidas y con moderación. Así, llevando una dieta equilibrada y variada, el vino es un alimento beneficioso que contribuye a protegernos de enfermedades provocadas por el daño oxidativo en las células. El poder antioxidante del vino es el principal motivo de sus efectos beneficiosos, como pueden ser prevenir ciertas enfermedades cardiovasculares o el envejecimiento de la piel.

 

¿A qué se deben las propiedades saludables del vino?

Dieta mediterránea y vino

Se sabe que el vino, y especialmente el tinto, es rico en moléculas de poder antioxidante (los polifenoles), y a ellas se les atribuyen las propiedades beneficiosas del vino para el organismo. Aunque se han hecho numerosos estudios científicos que avalan la capacidad antioxidante de los polifenoles, es cierto que el vino es una mezcla compleja en la que también entran en juego otros componentes como ácidos orgánicos, azúcares, vitaminas (B1, B2 y ácido pantoténico o B5) y minerales (fósforo y hierro). Es por ello que los efectos que el vino produce en nuestro organismo podrían deberse a acciones aisladas o conjuntas de los diferentes componentes. A estas variables habría que sumarle las debidas al metabolismo de cada persona y las condiciones particulares o puntuales de cada momento. Así es que quizás los beneficios del vino sean mayores o más adecuados para unas personas que otras.

En cualquier caso, las actividades antioxidantes de los polifenoles están más que demostradas a nivel científico y son estas moléculas las principales responsables de los beneficios que el vino tiene para la salud.

 

¿Por qué el vino tinto tiene más antioxidantes?

Pilofenoles antioxidantes de la uva al vino

Los polifenoles son moléculas que se encuentran en los hollejos y en las pepitas de las uvas. Debido a su método de elaboración, los vinos tintos pasan mucho más tiempo en contacto con estas partes sólidas de la uva y, en consecuencia, la cesión de compuestos como los polifenoles al mosto y al vino es mucho mayor.

Este fenómeno ocurre durante la maceración del mosto/vino con los hollejos, que suele durar todo el tiempo de fermentación y un poco más. Bien es cierto que los vinos brisados u orange wines, elaborados con uvas blancas, también maceran con las partes sólidas de la uva durante su elaboración, del mismo modo que los tintos, por lo que probablemente también sean ricos en polifenoles.

Es importante resaltar que la concentración y el tipo de polifenoles en el vino depende de muchos factores más allá de si es un tinto o un blanco, tales como el clima y el tipo de suelo del viñedo, si es una vendimia temprana o tardía, las técnicas o procedimientos de vinificación empleados en bodega y el tiempo de maceración del mosto con los hollejos.

 

¿Qué son polifenoles y cuál su actividad antioxidante?

Cuenco de uvas tintas

Los compuestos fenólicos (polifenoles y monofenoles) son moléculas que únicamente pueden sintetizar las plantas, que las emplean para varias finalidades y también para protegerse de factores externos como la radiación solar o los ataques de patógenos, entre otras cosas. Todas las plantas sintetizan compuestos fenólicos y se encuentran en casi todos los alimentos de origen vegetal. En algunos de ellos su concentración es más alta, como es el caso del vino tinto, el té, las cebollas, el cacao o el aceite de oliva virgen extra.

Existen miles de polifenoles, muchos de ellos conocidos y otros aún por identificar. Se clasifican en grandes grupos de moléculas como los ácidos fenólicos, los flavonoides, los taninos o los estilbenos. Los compuestos fenólicos del vino incluyen, entre otros, a los ácidos fenólicos (cumarínico, cinámico, cafeico, gentísico, ferúlico y vanílico) y flavonoides (catequinas, quercitina y resveratrol). Todos ellos son especialmente abundantes en los hollejos (piel) de las uvas.

Muchos polifenoles presentan una o varias actividades biológicas demostradas, es decir, que ejercen algún efecto sobre los demás seres vivos. En este caso, la principal actividad biológica de los polifenoles es su actividad antioxidante, que en los humanos contribuye a prevenir enfermedades y a preservar la salud y el bienestar.

Se define como antioxidante a una molécula que es capaz de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas y, en consecuencia, evita el daño oxidativo de las células. Así, los polifenoles actúan neutralizando a los radicales libres responsables de dicho daño oxidativo.

De todos los polifenoles del vino, el resveratrol ha atraído la atención de científicos por su actividad cardioprotectora. Al parecer, esta molécula puede ayudar a proteger el revestimiento de los vasos sanguíneos del corazón, a reducir el colesterol “malo” (LDL) y a prevenir la formación de coágulos sanguíneos. También se ha visto que el resveratrol estimula la producción de colágeno y tiene una acción específica sobre la piel.

Aunque se han realizado muchos estudios en animales y en personas para constatar los beneficios de los polifenoles del vino, en ocasiones los resultados no han sido del todo concluyentes y se necesita hacer más pruebas para llegar a una conclusión definitiva. En cualquier caso, sí está aceptado que el consumo moderado de vino como un alimento más dentro de una dieta equilibrada contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares, mejorar el aspecto y elasticidad de la piel o prevenir algunos tipos de cáncer.

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