Propiedades saludables del vino y vinoterapia

Los beneficios del vino

El tiempo y la tradición han mostrado los efectos positivos para la salud y la belleza que tiene un consumo moderado de vino. El uso medicinal del vino existe en la cultura popular desde tiempos inmemoriales, y ya en la Grecia del siglo V a.C. se empleaba para tratar “dolencias del cuerpo y del alma”.

El vino es una mezcla compleja de compuestos químicos procedentes, la mayoría de ellos, de la uva, pero también de las levaduras que llevaron a cabo su fermentación, de los recipientes empleados en la misma, etc. Las propiedades beneficiosas del vino se deben principalmente a su gran riqueza en polifenoles, sustancias de reconocida capacidad antioxidante, pero también en minerales y ciertas vitaminas.

Si bien es cierto, que sus efectos sobre la salud únicamente se han demostrado científicamente a partir de sus componentes aislados. Como sucede con todos los alimentos y bebidas, atribuir una causa-efecto en una mezcla compleja no es sencillo.
Hoy os hablamos de los efectos beneficiosos para la salud, el bienestar y la belleza de esta maravillosa mezcla de compuestos que es el vino.

 

La vinoterapia

El primer centro de vinoterapia nació en Burdeos, a finales del siglo pasado, y marcó un precedente para todos los centros de vinoterapia del mundo. Ideado por Matilde Cathiard y Bertrand Thomas, dos estudiosos del vino que decidieron emprender este tipo de servicio.

Podríamos definir la vinoterapia como el uso del vino para tratamientos de relajación, belleza y bienestar. Se emplea principalmente para eliminar toxinas y mantener una piel joven y elástica, y suele acompañarse de masajes y tratamientos con aguas termales, entre otros. Lo cierto es que los tratamientos de belleza a base de vino funcionan muy bien, dando resultados visibles que encantan a los clientes.

Actualmente los tratamientos a base de vino se ofertan en centros especializados de todo el mundo: hoteles, spas, balnearios, etc. que contribuyen al crecimiento y consolidación de este tipo de turismo saludable.

 

La composición del vino y sus efectos

Más allás del alcohol y sus conocidos efectos, el vino posee una gran riqueza de compuestos químicos de origen natural que, en la medida adecuada, contribuyen a mantener la salud de quien los consume.

Todos los vinos, tanto blancos como tintos, son ricos en polifenoles. Estos compuestos químicos constituyen un gran grupo que abarca a una amplia variedad de componentes, como los ácidos fenólicos, los flavonoides, los taninos o los estilbenos. Todos estos compuestos son polifenoles que presentan actividad biológica, es decir, que ejercen algún efecto sobre los seres vivos. En este caso, la principal actividad biológica de los polifenoles es su actividad antioxidante, que contribuye a prevenir enfermedades y a preservar la salud y el bienestar. Aunque algunos de ellos también presentan actividad antibacteriana, antiinflamatoria, antitumoral y protectora del sistema cardiovascular.

El vino también es rico en minerales como el hierro, calcio, magnesio, potasio, cinc y cobre. Todos ellos muy importantes para la salud y el correcto funcionamiento de órganos y tejidos. Destacan también en la composición del vino ciertas vitaminas como la vitamina C y E, así como vitaminas del grupo B.

Se podría decir que cualquier vino presenta en mayor o en menor medida los compuestos anteriormente citados, si bien la cantidad de estos compuestos y la proporción de cada uno de ellos dependerá del tipo de vino: de su lugar de origen, de las variedades de uva empleadas y de su elaboración.

 

El vino y el resveratrol

Los vinos tintos y, en menor medida, los vinos blancos poseen una buena cantidad de polifenoles. Aunque las cantidades de polifenoles son mucho mayores en los tintos, existen algunos compuestos como los estilbenos que pueden llegar a ser superiores en los vinos blancos.

Dentro del grupo de los polifenoles encontramos el resveratrol, una sustancia que es producida por la planta de la vid en respuesta a fuentes de estrés, como un ataque de hongos o excesiva luz solar, y que se mantiene en el vino durante toda su elaboración.

Se ha visto que este compuesto tiene efectos positivos para la salud como la inhibición de la agregación plaquetaria (evita la formación de trombos), disminución del riesgo de infarto cardíaco, relajación de vasos sanguíneos, acción antiinflamatoria, antioxidante y antitumoral, entre otras.

 

Las pepitas y su aceite

En la uva, la mayoría de polifenoles se encuentran en la piel y en las semillas, pero es en las segundas donde encontramos el 60% del total de polifenoles de este fruto. Por lo que el aceite de semillas supone una fuente importante de polifenoles, como los taninos y el resveratrol, cuyos efectos ya hemos explicado anteriormente.

Además, las semillas de uva son ricas en los ácidos grasos esenciales: ácido linoleico (Omega 6) y ácido linolénico (Omega 3). Ambos beneficiosos para la salud debido a su acción antiinflamatoria e inhibición de la agregación plaquetaria

Asimismo, en el aceite de semillas también encontramos abundantes cantidades de vitamina E, fitoesteroles, tocoferol y carotenoides.

 

A excepción de algunos casos, el consumo moderado de vino es un hábito saludable que contribuye al buen funcionamiento del organismo y al bienestar de quien lo consume. Este es el milagro que nos ofrece este caldo que, bien tratado, nos corresponde y nos muestra todas sus bondades.

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