La cunca gallega

Cunca de viño

La cunca es el recipiente para el vino más característicos de Galicia y se ve con frecuencia en tascas, furanchos y fiestas populares de toda la Comunidad. Tanto es así que se ha convertido en un símbolo de nuestra tradición vinícola ¿Acaso alguien asocia una cunca de vino con otro lugar que no sea Galicia?

Lo cierto es que tradicionalmente las cuncas también se emplean para beber todo tipo de líquidos, como el caldo, y había la costumbre, citada por Álvaro Cunqueiro en el libro Cocina gallega , de “echar un chorro de vino (una fecha) en la cunca en la que se bebió el caldo y hacer girar el vino, limpiando el interior, y beberlo”. Hasta el apellido del célebre escritor y gastrónomo mindoniense “Cunqueiro” tiene su origen en la palabra cunca. Así, un “cunqueiro” sería el artesano que hace las cuncas (un oleiro o alfareiro) o bien también un mueble en el que se guardan y escurren las cuncas limpias.

Vino en cunca

Las cuncas galegas suelen tener una capacidad en torno a un octavo de litro, es decir, de unos 125 mililitros, y de altura escasa, de unos 8 centímetros. Algunos modelos poco frecuentes también tienen un asa, aunque lo habitual es que sean lisas.

Los oleiros y alfareiros son los artesanos que hacen las cuncas, que pueden ser de cerámica o de barro. Las primeras cuncas se hacían de barro y se cubrían de una especie de brea que proporcionaba simultáneamente un recubrimiento eficaz y, según dicen, un mejor sabor al vino. Actualmente las cuncas de barro se recubren de barniz vítreo (barro vidriado) y las de cerámica se recubren de porcelana blanca.

También hay variantes de la tradicional cunca, como el “cunquelo”, una cunca de cerámica con dibujos florales en su cara externa y con recubrimiento de porcelana solo en su parte interna. O la “escudilla”, una cunca con recubrimiento de porcelana por dentro y por fuera y que lleva incisiones decorativas en su parte externa.

 

Origen e historia de la cunca de viño

Como tantas otras cosas tradicionales en Galicia, el origen de la cunca es prácticamente desconocido. Varios autores coinciden en que la comarca de O Ribeiro, la zona vitícola con más historia de Galicia y una de las más antiguas de España, tuvo un papel decisivo en la extensión de su uso.

Sea como sea, en el siglo pasado no había una bodega o taberna de Galicia en la que no se sirviera el vino en cunca. El vino se servía directamente desde el barril (pipa o pipote) o bien con una jarra (xarro o xerro), que eran fabricadas por los mismos alfareros que hacían las cuncas, y empleando los mismos materiales: el barro o la cerámica.

Pulpo y vino en cunca de Galicia

En todas las casas y fiestas populares se bebía vino en cunca porque, en la Galicia tradicional, el vino es un producto gastronómico más que forma parte de la vida diaria. Tanto es así que un refrán popular dice “Eu non bebo o viño, que o como en cuncas, gotiño a gotiño” (Yo no bebo vino, lo como en cuncas, sorbo a sorbo).

En la actualidad la cunca se asocia principalmente con el rural, los furanchos y las fiestas populares, pero lo cierto es que este recipiente se empleaba hasta hace no mucho en todos los ámbitos y clases sociales. Las cuncas estaban presentes en las tabernas de Santiago de Compostela de principios del siglo XX, frecuentadas por estudiantes e intelectuales de la época que después serían escritores, periodistas y políticos como Francisco Fernández del Riego, Álvaro Cunqueiro o José María Castroviejo. Así, las cuncas también fueron testigo de las tertulias que tenían lugar en uno de los epicentros de la cultura contemporánea de la Galicia de aquel entonces.

Posteriormente, hacia finales del siglo pasado, la cunca perdió gran parte de su prestigio entre la propia población gallega. La entrada del vino gallego en los mercados y la influencia de costumbres foráneas consideradas “modernas y elegantes” por muchos gallegos, como que el el buen vino se bebe en copa de cristal y el malo en cunca, dañaron considerablemente la reputación del recipiente tradicional. Incluso los furanchos llegaron a sustituir las cuncas por vasos de vidrio, al considerarse éstos “más apropiados” para beber vino. Es cierto que el vino bebido desde la cunca sabe diferente que si se bebe en copa o en vaso ¿pero acaso un recipiente puede determinar que un vino sea bueno o malo? Quizá se trata más bien de una cuestión de gustos y preferencias de cada uno.

En la actualidad son muchos consideran que el vino gallego sabe mejor si se bebe en cunca. La “comitiva de Santa Cunca” nació en la ciudad de A Coruña con el objetivo de reivindicar esto mismo, y cada año recorren los bares de la ciudad que que se han resistido a prescindir entre su género del vino servido en cunca. También organizan actos culturales y solidarios en estos mismos locales a lo largo del año.

La cunca siempre ha estado presente en la tradición gastronómica y vinícola de Galicia y, a pesar de los prejuicios que en décadas pasadas se crearon en torno a su uso, parece que este recipiente tradicional vuelve a resurgir entre los gallegos. Conocer la historia y los usos de la cunca es conocer un pedacito de Galicia, incluso se podría decir que la cunca es un símbolo de la pervivencia de la cultura gallega.

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