¿En qué se diferencian los tapones de corcho y los sintéticos para vinos?
Existe la idea generalizada de que los tapones de corcho son mejores para embotellar cualquier vino que los sintéticos, pero esto no es del todo cierto y en realidad los tapones de corcho natural son adecuados sólo para algunos tipos de vinos, concretamente aquellos destinados a envejecer en botella.
Hay muchísimos tipos de tapones que se emplean en la industria vinícola y cada uno de ellos es más o menos adecuado para según qué vino. Los tapones se podrían clasificar atendiendo al material con el que están hechos en: tapones de corcho, tapones de polímeros de plástico (tapones sintéticos) y tapones sintéticos de polímeros vegetales (tapones “bío”). También son muy utilizados (aunque no tanto en España) los tapones de rosca y los abrefácil que suelen ser de aluminio y plástico.
Las utilidades de los tapones de corcho natural son muy conocidas, y destacan por ser un material ligero, elástico, compresible, impermeable a los líquidos y que permite la microoxigenación del vino, es decir, el paso de pequeñas cantidades de oxígeno hacia el interior de la botella. Este proceso es necesario para el buen envejecimiento de los vinos con alto potencial de guarda, es decir, aquellos que por sus características químicas envejecerán muy bien en botella. Pero no todos los vinos son adecuados para envejecer ni para soportar largos periodos de tiempo en botella, especialmente los vinos jóvenes y los de elevado potencial de reducción-oxidación (potencial redox) que presentan una mayor tendencia a oxidarse. En estos casos, los tapones de material sintético son perfectamente adecuados al no permitir el paso de aire a su través. También serían adecuados para vinos jóvenes y de consumo rápido los tapones de corcho aglomerado o los colmatados, así como los tapones de rosca y los abrefácil.
Por ello, el hecho de que cuando abramos una botella de vino ésta lleve un tapón sintético no quiere decir que sea de peor calidad, ni mucho menos, sino que quizás las características de este cierre son más adecuadas para su conservación.
Además de la eficiencia del tapón, hay otro factor muy importante que las bodegas siempre tienen en cuenta, y es el precio. En este campo los materiales sintéticos suelen ser más económicos que los de corcho natural, aunque hay excepciones ya que algunos tapones sintéticos son de gran calidad.
A continuación describiremos de forma resumida los principales tipos de tapones de corcho y de materiales sintéticos que se encuentran actualmente en el mercado y cuáles son sus características diferenciadoras.
Tipos de tapones de corcho
Existen cuatro tipos de tapones de corcho fundamentalmente: los naturales (extraídos directamente y de una única pieza de la corteza del alcornoque), los colmatados (se extraen directamente de partes de la corteza de peor calidad y tienen los poros colmatados con polvo de corcho), los aglomerados (fabricado con granos o virutas de corcho) y los tapones técnicos (con cuerpo de aglomerado y tapas de corcho natural).
El corcho es un material natural que presenta muchas ventajas, como su ligereza, elasticidad, porosidad y resistencia. Como hemos mencionado anteriormente, son el mejor tapón para la crianza y envejecimiento de vinos en botella.
El mayor inconveniente de los tapones de corcho es el riesgo de formación de TCA (tricloroanisol), un compuesto responsable del defecto “olor a corcho” o “gusto a corcho” de los vinos, y que se forma generalmente por la acción de hongos que crecen sobre tapones de botellas almacenadas en lugares húmedos.
Tipos de tapones sintéticos
Los tapones sintéticos se emplean cada vez más para embotellar vinos jóvenes, y es que su eficacia y seguridad ha sido más que demostrada a lo largo del tiempo. Presentan las mismas características de ligereza y adaptabilidad a la botella que el corcho, pero la principal ventaja de estos tapones es que están totalmente libres de TCA, asegurando así que al menos uno de los defectos más comunes de los vinos no va a aparecer durante su almacenamiento en botella. En general, los tapones de materiales sintéticos no permiten la entrada de aire hacia el interior de la botella, y por ello se emplean en vinos que no necesitan evolucionar una vez embotellados y de consumo rápido. Características, todas ellas, que también se encuentran en recipientes novedosos para los vinos jóvenes, como el bag-in-box, que triunfa en muchos países, aunque en el nuestro todavía de forma tímida.
Desde el punto de vista técnico, tanto el bag-in-box como los tapones sintéticos son un gran avance para los vinos jóvenes destinados a ser consumidos antes del año y en los cuales lo importante es mantener su frescor y los aromas a frutas. A continuación os hablamos de los tipos de tapones sintéticos: de plástico, de polímeros vegetales, de rosca y abrefácil.
Tapones de polímeros sintéticos (plástico)
Así se denomina de forma general a los tapones fabricados con polímeros de plásticos autorizados para uso alimentario. Es decir, los habituales tapones sintéticos que se retiran con sacacorchos y que generalmente son de un color marrón claro, aunque los hay disponibles en una enorme variedad de colores.
Además de sus diferentes tamaños y colores, los tapones de plástico se pueden clasificar en dos tipos fundamentales: los fabricados por inyección o por extrusión. En el primer caso se producen en un molde donde se inyecta el material polimérico y el tapón resultante presenta una capa de plástico más duro en toda su superficie. Sin embargo, los tapones fabricados por extrusión presentan su parte superior e inferior expuesta, es decir, con una estructura similar a una esponja (con pequeñas oquedades) en su parte superior e inferior. En la imagen superior hay muestras de los dos tipos de tapones.
Estos son los tapones sintéticos que más se usan para vinos jóvenes en nuestro país, ya que además de preservar mejor este tipo de vinos, es necesario retirarlos con sacacorchos, permitiendo mantener el ritual del descorche que tanto nos gusta a los españoles. De manera inconsciente (o no) la mayoría de consumidores asocia el descorche con la calidad del vino, y por lo general los tapones de rosca y abrefácil se consideran propios de vinos baratos y de producción poco cuidada. Aunque esto no es para nada cierto, este tipo de tapones están todavía lejos de triunfar en España.
Tapones de polímeros vegetales (tapones “bio”)
El productor mundial de tapones para vino Nomacorc sacó hace cuatro años un novedoso tapón de polímeros vegetales obtenidos a partir de caña de azúcar que ha cambiado nuestra forma de ver los tapones sintéticos. Estos tapones manufacturados a partir de materias primas naturales presentan las mismas ventajas que cualquier tapón sintético, siendo fácilmente moldeables y libres de TCA, con la diferencia de que permiten la microoxigenación de los vinos.
Estos tapones se han fabricado con diferentes rangos de entrada de oxígeno, de modo que los hay disponibles totalmente herméticos para embotellar vinos jóvenes y de consumo rápido, o con una mayor permeabilidad al oxígeno, con tasa muy similares a las del corcho natural y que serían adecuados para envejecer vinos en botella durante años.
Además se producen de forma sostenible, con huella de carbono cero, y son reciclables, algo que gusta a muchos consumidores y que se ajusta a la filosofía de producción de vinos ecológicos.
Tapones de rosca
Los tapones de rosca, por lo general, no gustan a los consumidores españoles. Para nosotros es muy importante el ritual del descorche, algo que asociamos a la calidad de los vinos aunque, como ya hemos explicado, no tiene porqué ser así.
El uso del tapón de rosca está muy extendido en los países nórdicos y centroeuropeos, como es el caso, por ejemplo, de los famosos vinos de Riesling alemanes, pero también en países como Nueva Zelanda y Australia. Y es que son una opción cómoda, económica y muy eficaz para tapar vinos jóvenes en los que interesa conservar sus aromas afrutados y florales. Y, además, están fabricados con aluminio reciclable.
Tapones abrefácil
Ideados y comercializados por la empresa australiana Zork, estos tapones han traído la cultura del abrefácil al vino. Se sacan de forma sencilla simplemente removiendo la presilla con la mano, con el añadido de que suenan como un corcho en el momento de ser extraídos. Además se pueden colocar de nuevo para volver a tapar el vino.
Lo cierto es que, a efectos prácticos, estos tapones no presentan apenas diferencias con los de rosca, ya que presentan las mismas características de hermeticidad y conservación.