Los molinos de agua gallegos

“Muiños de auga” de Galicia

El muiño galego es, junto al hórreo y el cruceiro, uno de los elementos etnográficos más representativos del rural de Galicia. Los molinos gallegos son de piedra y emplean la fuerza motriz de los numerosos ríos que surcan nuestras tierras para moler el grano de los cereales, principalmente maíz, centeno y trigo, y obtener harina.

A la tradición muiñeira de Galicia debemos el nombre del baile tradicional más conocido de esta región, la muiñeira, y también la materia prima con la que se elabora el magnífico pan gallego, cuya calidad es ampliamente reconocida en todo el país.

Si bien en Galicia también había molinos eólicos, otros tirados por animales e incluso molinos de marea o aceas, los molinos de agua son, sin duda, los más numerosos y que más se emplearon en los últimos siglos. Prácticamente no hay un río en Galicia que no tenga uno o varios molinos en su cauce. Unos pocos se encuentran en perfecto estado de conservación y se siguen empleando, como lo hacían nuestros ancestros, para moler el grano de los cereales. Sin embargo la mayoría de molinos de agua se encuentran en diferentes grados de conservación, mientras que otra buena parte de los molinos gallegos están, por desgracia, totalmente abandonados y arruinados.

Se estima que el molino hidráulico apareció en Galicia en torno al siglo XI de la mano de los monjes de los monasterios de la época. Muchos de los molinos que todavía quedan en pie en Galicia, algunos de ellos perfectamente conservados, datan de los siglos XVII y XVIII.

Hasta hace apenas unas décadas, muchos molinos de Galicia seguían en funcionamiento y lo habitual era hacer un uso vecinal o comunal de los mismos, repartiéndose los tiempos de molienda a partes equitativas. El éxodo rural que tuvo lugar en Galicia en los años 70 y 80 del siglo pasado tuvo como consecuencia, entre otras muchas cosas, el abandono de los molinos que todavía quedaban en funcionamiento.

 

Funcionamiento y partes del molino de agua o molino hidráulico

Puesto que emplean la fuerza motriz del agua, los molinos se construían directamente sobre el cauce del río o bien desviando el mismo por un canal, pero nunca demasiado lejos del río principal. Son construcciones de piedra (granito mayoritariamente), y en su interior cuentan con mecanismos y artilugios también en hierro y madera.

En Galicia, se entiende por molino a la edificación que alberga las partes encargadas de generar fuerza motriz, las cuales se ubican en la planta baja y en el exterior del molino, y las partes que llevan a cabo la molienda. Así, la zona de molienda (o molino propiamente dicho) se denomina tremiñado y se ubica dentro de la edificación, en la segunda planta, e inmediatamente encima de la rueda que hace girar las piedras.

Exterior del molino y planta baja

Molino de Galicia
Exterior de un molino con el "inferno" y puerta de acceso a la zona de molienda en la planta superior
Molino Rodicio
"Rodicio" o rueda de molino situada en el "inferno"

Debajo de la edificación se ubica una abertura (inferno) por donde circula el agua que mueve una rueda con aspas de hierro (rodicio) que transforma la fuerza del agua en un movimiento giratorio con el que se mueve la moa (piedra de moler) ubicada en la planta superior.

Para ganar más fuerza motriz, el agua se conduce, antes de entrar al inferno, por un canal descendente (cubo) con mucha pendiente. Con la ayuda de una especie de llave de paso de hierro, se regula la cantidad de agua que pasa por el cubo hasta el inferno y, así, se regula la velocidad a la que giran las aspas y, por lo tanto, la velocidad de la molienda.

Molino y canalización de agua
Canalización de agua hacia el molino
Molino Cubo
"Cubo" donde se suele instalar una rejilla para retener palos y otros objetos

Asimismo, desde el interior de la zona de molienda se puede regular la altura del rodicio con una palanca denominada brandeiro. Según las aspas del rodicio profundicen más en el agua que sale con fuerza desde el cubo, mayor será la velocidad de giro y viceversa.

 

Interior del molino: planta superior o tremiñado

Dentro del edificio del molino, en la que sería su segunda planta, se encuentran la zona de molienda, situada justo encima del rodicio, así como las palancas que permiten regular la velocidad de molienda.

El grano se muele por la acción de dos grandes piedras circulares de granito. Una de ellas, de mayor tamaño, permanece fija en el suelo y se denomina . La otra piedra (la moa), posee el mismo diámetro que el pé pero es de grosor mucho menor y más ligera. Está unida al rodicio por un eje y gira sobre el pé creando la fricción necesaria para triturar y pulverizar el grano hasta obtener harina. Así, el rodicio consta de un eje de hierro vertical que atraviesa el pé por el centro (a través de un orificio) y está unido a la moa, transmitiendo el movimiento creado por la fuerza del agua de forma directa hasta el molino.

Muiño
"Moega", "caneta" y "moa"
Molino gallego
"Moa" en funcionamiento y "caixón" donde cae la harina.

El grano de cereal se deposita en un recipiente de madera situado sobre la moa denominado moega, moxega o tremoia. La moega tiene una boca por la que sale el grano de forma dosificada (caneta) y cae directamente en el orificio en el centro de la moa para ser molido.

A medida que la molienda avanza, la harina resultante va saliendo por los lados de las piedras y se recoge en un gran cajón de madera (caixa o caixón da fariña) dispuesto a su alrededor.

Molino de Galicia
Molino con dos "infiernos" y dos zonas de molienda

La mayoría de los molinos de río tienen una estructura igual o similar a la descrita. Algunos poseen varias zonas de molienda, con varios infernos, rodicios y tremiñados, por lo que son en realidad varios molinos en una sola edificación. También es habitual encontrar agrupaciones o conjuntos de molinos que aprovechan la misma pendiente de un río o una misma canalización de agua. Algunos de los ejemplos más destacados de este tipo de conjuntos con los Muiños do Folón e do Picón en el Rosal o los Muiños de Barosa (Parque da Natureza da Ría de Barosa) en Barro. Ambos lugares de enorme valor paisajístico y etnográfico que merecen más de una visita.

También es frecuente encontrar en Galicia senderos fluviales que transcurren a través de numerosos molinos ubicados en torno a un río. Tal es el caso, por ejemplo, de la Ruta da Pedra e da Auga en el Salnés, la senda fluvial Molinos de Baredo en Baiona o el paseo fluvial de Catoira, donde además de molinos de río también hay molinos de viento y de mareas.

1 comentario

  • Adolfo Otero dice:

    Ante todo gracias por o articulo.
    O que non vexo claro é o comentado de subir ou baixar o “rodício”para aumentar/disminuir a velocidade da roda, por esta zona (comarca do Carballiño)ese feito é para poñer en marcha o muiño e logo para regular o espesor da fariña, se levantamos o rodício tamen erguemos a roda , polo que o grau sale menos tamizado.
    Agradecido por a atencion é gustaría me a sua aclaracion,
    Saudos

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