La villa termal de las Rías Baixas
Adentrarse en la villa de Caldas de Reis es acercarse a la paz en cada rincón, a la tranquilidad y el silencio sosegado que tantos ansían. Aquí los peregrinos encuentran un lugar para el descanso antes de proseguir con su andadura a Santiago, y vecinos y visitantes disfrutan de sus aguas termales, de su patrimonio histórico y de sus paseos en la naturaleza.
La villa goza de una ubicación ideal, a 15 kilómetros de las playas de la Ría de Arousa y a poco más de media hora en coche de Santiago de Compostela. Además, el entorno de Caldas es de gran valor natural y paisajístico: en sus montañas y ríos encontraremos verdaderos remansos de paz donde podremos relajarnos y disfrutar de la naturaleza.
Aguas termales
En la villa bautizada como Aquis Celenis los romanos construyeron una mansio (hospedaje con baños termales) para uso y disfrute de los transeúntes de la vía XIX que unía Portugal con Astorga.
Muchos siglos después, en el XVII, las aguas sulfurosas de la actual Fuente de las Burgas atrajeron a multitud de visitantes enfermos y con dolencias que encontraban en sus aguas un alivio y en ocasiones también un remedio. También los peregrinos descansaban y tomaban baños en estas aguas. Fue así como se originó el termalismo en esta zona y, en el siglo XVIII se fundaron las primeras casas de baños y balnearios de Caldas.
A día de hoy son muchos los vecinos y visitantes que acuden a la histórica Fuente termal de las Burgas para hacer uso de sus aguas, a las que se le atribuyen propiedades curativas y beneficiosas para la salud.
De las antiguas casas de baños de caldas, dos de ellas se conservan en la actualidad convertidas en fabulosos balnearios. Se trata de la casa de baños Dávila, construida en 1780, y la casa de baños Acuña, de 1906. Ambos edificios de carácter histórico pero perfectamente acomodados con instalaciones modernas que ofrecen un servicio de gran calidad.
Paseos en la naturaleza
El simple hecho de pasear por las calles del centro de la villa y acercarse a sus fuentes termales y puentes ya es en sí, un placer. Aquí hay dos puentes romanos: el que sirve de entrada a la localidad por su vía principal cruzando sobre el río Umia, y el puente sobre el río Bermaña.
Es muy recomendable visitar su impresionante jardín centenario que alberga unas sesenta especies de árboles y arbustos de todo el mundo. Este parque disfruta del galardón de “Paraje Pintoresco” desde 1962 y es considerado uno de los conjuntos botánicos más destacados de la provincia.
Quizá el enclave natural y paisajístico más llamativo de la zona sea la cascada de Segade, a la que podremos acceder desde el parque botánico a través de una ruta de senderismo perfectamente señalizada y que discurre por la ribera del río a través de árboles, una antigua central hidroeléctrica y el puente romano de Segade.
Si vas a visitar Caldas de Reis aquí encontrarás un lugar que invita al descanso y a la relajación, perfecto para desconectar y revitalizarse. Si lo quieres es pasar un fin de semana o unas vacaciones, aquí encontrarás una buena oferta de alojamientos y hoteles. Además, en esta villa hay estupendos restaurantes de cocina tradicional para disfrutar de la buena gastronomía gallega.