Paisajes vitícolas que no te puedes perder en Galicia

La maravilla de los viñedos gallegos

Pocos lugares ofrecen tal variedad de paisajes vinícolas en tan poco territorio como Galicia. La caprichosa orografía gallega, sus numerosos ríos y las peculiaridades climáticas y edáficas de cada región, configuran un paisaje cambiante en todo el territorio, de norte a sur y de este a oeste. Esto es algo que se hace especialmente evidente en los viñedos, cuyas variedades de vid y también las prácticas culturales vitícolas, se han adaptado a las condiciones de su entorno, ofreciéndonos una amplia gama de paisajes.

Pero además, en Galicia hay otro factor clave que configura su marco paisajístico: el minifundio. Las fincas y parcelas gallegas son pequeñas, salvo algunas excepciones, lo cual supone un impedimento para el desarrollo de la agricultura intensiva, pero también una oportunidad para fomentar un manejo más sostenible de los ecosistemas agrícolas. Además, en términos paisajísticos el minifundio de Galicia es una virtud. El encanto de divisar un entorno salpicado de pequeñas parcelas de viñedo, fincas de maíz, huertos y bosques en un mismo marco es algo que llena nuestros ojos y nos cautiva.

Desde aquí queremos proponerte algunos de los paisajes vitícolas más hermosos, especiales y encantadores de Galicia. ¡Que los disfrutes!

 

Las vertiginosas laderas de la Ribeira Sacra

La Ribeira Sacra es una firme candidata española para ser proclamada Patrimonio de la Humanidad en 2021, y es que en esta zona de Galicia se practica una viticultura única en el mundo, la denominada viticultura heroica.

El territorio de esta Denominación de Origen abarca las orillas de los ríos Sil y Miño a su paso por las provincias de Ourense y Lugo. Estos ríos han excavado profundas gargantas flanqueadas por laderas de fuertes pendientes, y en las que se cultiva la vid en bancales o socalcos. La inclinación es tan fuerte que en algunos casos superan el 100%, es decir, que están por encima de los 45º.

Sobra mencionar que la labor de los viticultores de la zona resulta especialmente dura, sobre todo durante la vendimia que, como es evidente, se realiza de forma manual. Los trabajadores cargan las cajas cargadas de racimos, unos 20 kg de peso, a cuestas por las empinadas laderas. Algunos lugares son tan inaccesibles que se opta por cargar las cajas de vendimia en barcas y así poder llevarlas a un lugar más apropiado para su descarga. En otros viñedos han ingeniado sistemas de railes y poleas para transportar las uvas y así aliviar el esfuerzo humano.

La configuración de los viñedos y la orografía de la zona, con los caudalosos ríos bajo los bancales, ofrece al visitante uno de los paisajes vitícolas más impresionantes del mundo. Particularmente interesante es la zona entre Parada de Sil y Castro Caldelas donde podremos admirar los Cañones del Sil y los viñedos de a bordo de uno de los servicios de catamarán de la zona. También son particularmente llamativos los viñedos de la zona de Belsar, en Chantada, esta vez a orillas del río Miño, donde también encontraremos servicio de catamaranes.

Además, aquí hay numerosos miradores, desde los que podremos apreciar a vista de pájaro el espectacular paisaje de la Ribeira Sacra, como el Mirador Pena do Castelo que ofrece una de las panorámicas más impresionantes de lo viñedos de la viticultura heroica. Pero sin lugar a dudas, la mejor manera de conocer los viñedos y paisajes heroicos es visitando alguna de las bodegas de la Ribeira Sacra, donde nos contarán en primera persona como es el cultivo de la vid y la elaboración de vinos.

 

Viñedos a pie de mar en O Salnés

Pocas zonas del mundo gozan del privilegio de tener rías, y menos aún de mostrar espectaculares paisajes vitícolas en sus orillas, es por ello que los viñedos del valle del Salnés son tan especiales y únicos.

Esta subzona de la D.O. Rías Baixas es la región de Galicia con más extensiones de viñedo. Aquí se cultiva principalmente la variedad Albariño, pero también otras variedades autóctonas como el Espadeiro o el Caíño tinto, conducidos en un particular sistema de emparrado en altura muy característico de esta zona. Debido a la elevada pluviometría y a la humedad del suelo, el saber popular ha encontrado una forma de alejar los racimos y partes verdes de la vid de los ataques de hongos, y es elevando las parras a mayores alturas.

Otra característica que se hace especialmente evidente en esta zona es el minifundio. Así, en los paisajes del Salnés encontraremos grandes extensiones cubiertas de un número incontable de pequeñas fincas de viñedos emparrados. Entre ellas, diminutas masas forestales y casas de lugareños adornan un entorno incomparable con el mar siempre presente.

Particularmente curiosa es la zona sur de Cambados, bajo la desembocadura del río Umia. Aquí se encuentra la mayor superficie de viñedos pegados al mar, algunos de ellos asentados sobre arena y con sus pies prácticamente bañados por el agua. Resulta fascinante pasear por la zona y admirar la belleza de la costa, con sus playas y rocas a un lado y los formidables viñedos al otro.

Además, hay multitud de bodegas en O Salnés que ofrecen la oportunidad de visitar sus viñedos y las instalaciones de la bodega, entre otras actividades enoturísticas.

 

El minifundio y los socalcos del Ribeiro

La Denominación de Origen más antigua de Galicia, y la segunda de España, cuenta con algunos de los viñedos más antiguos de la región, además de una larga tradición vitícola que se hace evidente en sus paisajes.

El Ribeiro está lleno de pequeñas montañas y colinas que saludan al río Miño y su afluente, el río Avia, en la zona donde ambos se juntan. Aquí las pequeñas fincas de viñedos se intercalan con las de otros cultivos y pequeños núcleos de casas, formando un paisaje vitícola encantador y que parece sacado de un cuento. Las pendientes de las colinas fuerzan la construcción de socalcos que permiten el cultivo de la vid, formando espectaculares terrazas que regalan a los visitantes algunas de las estampas más bonitas de Galicia.

Los paisajes a orillas del río Avia, hacia el norte de Ribadavia, y también los que están hacia el río Miño, en localidades como Arnoia o Castrelo de Miño, son algunos de los más llamativos de esta Denominación de Origen. Aquí tendremos la oportunidad de visitar el Museo do Viño de Galicia, emplazado en un precioso edificio del siglo XVIII que cuenta con una antigua bodega restaurada, además de varias salas donde se documenta el rico patrimonio cultural vitivinícola de Galicia.

Si algo tiene la comarca de O Ribeiro es que en sus pueblos la viña es el elemento central que configura el paisaje. Visitar las bodegas de O Ribeiro es una experiencia inolvidable y una oportunidad única para conocer la historia y el profundo arraigo vitícola de esta zona.

 

Las cuevas del vino de Valdeorras

Los paisajes del vino son en muchas ocasiones testimonio de la tradición y cultura de una región. Tal es el caso de la D.O. Valdeorras, que cuenta con antiguos viñedos en los que se puede apreciar unas peculiares construcciones de barro, similares a chimeneas, que emergen del suelo y que nos llaman poderosamente la atención.

Los refugallos, que es el nombre local de estas chimeneas, esconden algo muy curioso debajo de ellos: las cuevas del vino de Valdeorras. En estas antiguas bodegas excavadas en barro se elaboran y cuidan los vinos desde hace ya varios siglos, sirviendo los refugallos de ventilación. Muchas de ellas se siguen conservando en perfecto estado, especialmente en Vilamartin y Seadur.

Otros enclaves indispensables de esta D.O., y que nos ofrecen paisajes de ensueño, los encontramos en el entorno del embalse de San Martiño y del hermoso Ponte da Cigarrosa. Desde aquí hasta la parroquia de Rubiana encontraremos la mayor concentración de bodegas de Valdeorras.

Además, en la zona encontraremos miradores desde los que divisar sus hermosos paisajes de viñedos salpicados de casas con tejados de pizarra y con el río Sil como protagonista. Como las vistas desde la iglesia de Santa María de Mones en A Rúa o la Torre do Castro en O Barco de Valdeorras.

 

El castillo que corona el valle de Monterrei

Una de las vistas más emblemáticas de la región vitícola más al sur de Galicia es la del Castelo de Monterrei, situado en una colina que domina el hermoso valle vitícola.

Situado en el municipio de Verín, el castillo es también un parador, al cual podremos acercarnos para disfrutar de una de las mejores vistas del valle y sus viñedos. Siguiendo el curso del río Támega, que atraviesa las tierras de la Denominación de Origen de norte a sur, encontraremos numerosas fincas con vides de Godello, Mencía, Treixadura y Merenzao entre otras variedades autóctonas. Algunas de ellas, y por lo general las más antiguas se podan en vaso, pero también encontraremos cultivos en espaldera. Aquí tendremos la oportunidad de pasear entre los viñedos y visitar alguna de las bodegas de Monterrei, que nos instruirán acerca del cultivo de la vid y la elaboración de los vinos de calidad de esta región.

Pero no podemos visitar Monterrei sin acercarnos a los lagares rupestres de Oimbra, uno de los enclaves enoturísticos más destacados de la zona y claro testimonio de su larga tradición vitivinícola.

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