¿Qué es un ferrado?
Un ferrado es una unidad de medida agraria tradicional de Galicia que se sigue empleando en muchas zonas rurales. Su origen se remonta a mucho antes de la implantación del sistema métrico decimal y de medidas de superficie que hoy consideramos más estandarizadas como la hectárea o el metro cuadrado. Lo cierto es que el sistema métrico decimal se implantó en nuestro país hace poco tiempo, a mediados del siglo XIX, con la Ley de Pesos y Medidas del 19 de julio de 1849, iniciándose así un periodo de reformas que culminó en 1895. Entonces, ¿cómo se medía la superficie de las tierras antes de esta fecha?
En Galicia las tierras se “medían” por su productividad y no tanto por la superficie que ocupaban. Dicha productividad se estableció en función de un recipiente de madera muy empleado en la época: el ferrado. Este recipiente rectangular se empleaba para medir el volumen de cereales y legumbres en los intercambios comerciales, siendo una unidad de medida fundamental en los mercados. Así es que en los campos de cultivo se tenía en consideración cuántos ferrados de cereal podían producir, por lo que el ferrado (como medida agraria) se corresponde con los metros cuadrados de terreno que hacen falta para llenar de trigo el ferrado de madera (recipiente). Es por ello que la palabra ferrado en Galicia hace referencia tanto a un recipiente como al tamaño y productividad de un campo.
No todos los ferrados son iguales
En épocas pasadas esta unidad de medida agraria servía sobre todo para conocer la productividad de un terreno: cuantos más metros cuadrados tiene un ferrado menor es su productividad, y viceversa. Sin embargo, no todos los terrenos son igual de productivos y más aún en un lugar como Galicia donde existe una gran variedad de terrenos (desde valles fluviales a zonas de montaña), de microclimas y de tipos de suelo con productividades muy diferentes. Esta es la razón por la que en cada parroquia gallega los metros cuadrados de terreno de un ferrado era distinto y estaba condicionado por la fertilidad de las tierras. Con el tiempo cada concello unificó la medida del ferrado entre todas las parroquias, pero aún a día de hoy los ferrados son muy distintos entre municipios de Galicia.
Un ferrado mide de media 500 metros cuadrados en Galicia pero hay importantes variaciones según las zonas, pudiendo ir desde los apenas 300 m2 hasta más de 700 m2 según el municipio. Algunos ejemplos extremos son los concellos de Redondela, Fornelos de Montes, Pazos de Borbén y Soutomaior, todos ellos próximos entre sí en la provincia de Pontevedra, donde tan solo hacen falta entre 64 y 74 metros cuadrados para llenar un ferrado. En el punto opuesto se encuentran ayuntamientos donde esta superficie para llenar un ferrado de cereal ascenderá por encima de los 700 m2. Tal es el caso de municipios de montaña como Baleira (Lugo). En cualquier caso estas medidas pueden haber variado a lo largo del tiempo por muchas causas y no siempre son una indicación directa de la calidad de un terreno, sino una mera estimación más o menos aproximada.
Así es que un ferrado no significa lo mismo según qué municipio, algo que puede resultar desconcertante y engorroso a la hora de comparar terrenos en diferentes zonas. Además, para hacer aún más difícil la tarea, hay que tener en cuenta las submedidas de ferrado, como la cuenca, que es una doceava parte (1/12) de un ferrado, y el cuartillo, que es 1/24 de ferrado.
A pesar de sus desventajas, el ferrado se continúa empleando en Galicia en muchas ocasiones por encima de cualquier otra medida estándar. Ni siquiera los intentos del Estado por implantar el sistema métrico decimal en el siglo XIX fueron capaces de acabar con el ferrado. Ello es debido a que, como ya hemos mencionado, la productividad del suelo gallego puede variar mucho en apenas unos kilómetros, y el ferrado es la única medida tradicional y lo suficientemente consolidada de la que disponemos que es capaz de reflejar este hecho.