Bodegas Gerardo Méndez

Gerardo Méndez Lázaro pertenece a la tercera generación que se dedica a esta bodega familiar ubicada en Meaño, en pleno corazón del Val do Salnés. Las instalaciones de la bodega se encuentran en una antigua casa de piedra (La Casa Grande) que también es la vivienda familiar y está rodeada de viñedos centenarios de Albariño. Bodegas Gerardo Méndez comenzó a ser negocio en 1973 pero tiene documentadas fincas de viñedos ya en 1850.

En esta bodega solo se elaboran vinos de Albariño 100%. Su gama de productos es fruto de las peculiaridades de cada una de la fincas y de los métodos de elaboración en bodega. Gerardo Méndez y su hijo se han convertido en reconocidos viticultores y elaboradores de las Rías Baixas por la destacada calidad y personalidad de sus vinos de Albariño. Éstos se distribuyen por toda España y se exportan a más de 15 países en todo el mundo.

Sus viñedos

Junto a la Casa Grande se encuentran su extraordinario viñedo centenario (Cepas Vellas) de 1 hectárea con cepas de Albariño de más de 200 años, de pies gruesos y retorcidos conducidas en emparrado. El suelo de esta finca es poco profundo y de tipo granítico, con apenas 50 centímetros de profundidad hasta alcanzar la roca madre.

Actualmente la bodega trabaja 10 hectáreas de viñedo, 7 propias y 3 alquiladas, distribuido en 150 parcelas, algo característico de Galicia debido al minifundio. También compran la uva a viticultores de la zona, algunos de los cuales llevan trabajando con la bodega más de 25 años.

La gestión de los viñedos se realiza de un modo convencional pero cuidando al máximo las vides para evitar tratamientos siempre que sea posible. Todas las labores vitícolas, y en especial la poda, se realizan de un modo acorde a las características de cada parcela y de cada cepa. El cuidado de las vides para obtener un fruto de la mejor calidad es su principal objetivo.

La bodega y sus elaboraciones

La bodega cuentan con equipos e instalaciones modernas y tecnológicas con capacidad para producir más de 100.000 botellas. Sus elaboraciones destacan por ser poco intervencionistas y por adaptarse a las peculiaridades de cada viñedo y de cada añada.

La vendimia se hace de forma manual, seleccionando solo los mejores racimos en el viñedo. Generalmente se realizan maceraciones prefermentativas en frío, con la finalidad de obtener una mayor extracción de los aromas de los hollejos. Las fermentaciones son dirigidas por levaduras autóctonas del viñedo de Cepas Vellas, del que hacen un pié de cuba para inocular los demás depósitos. En función de las características de cada añada realizan o no la fermentación maloláctica. Puesto que solo emplean racimos de uvas en el estado sanitario óptimo, la producción de esta bodega puede variar mucho de un año a otro, condicionada principalmente por las condiciones climatológicas que haya habido en los meses previos a la vendimia.

Bodegas Gerardo Méndez ofrece visitas para conocer sus instalaciones y el proceso de elaboración de sus albariños bajo cita telefónica previa.