¿Por qué el emparrado es tan común en las Rías Baixas?

Las viñas en emparrado de las Rías Baixas

El emparrado es uno de los principales sistemas de conducción de las vides en todo el litoral de Galicia, especialmente en las tierras de la DO Rías Baixas, y también en el norte de Portugal. Aquí se pueden ver viñedos enteros de variedades blancas como el Albariño, o tintas como el Espadeiro o el Caíño, conducidos en parras. Su existencia no es meramente casual y, como toda tradición agrícola, tiene su razón de ser.

El cultivo de la vid está fuertemente condicionado por características como el suelo, la geografía y el clima de una zona. La viticultura en el clima y la meteorología de Galicia tiene sus ventajas y sus inconvenientes, especialmente aquellos debidos a la elevada humedad ambiental y a las lluvias intensas.

El origen exacto del emparrado en las Rías Baixas es desconocido, pero se sabe que se trata de un sistema muy remoto. Antiguamente las parras se situaban en los bordes de las parcelas familiares, a modo de cierre, y se destinaba la parte central de la finca al cultivo de frutales, cereales y hortalizas. A día de hoy todavía existen muchas fincas gallegas en la zona de las Rías Baixas con la misma distribución de cultivos y con la misma finalidad: el aprovechamiento para el autoconsumo. Pero el cierre de fincas no es la única razón de ser de las parras de vid.

Paisaje rural gallego con parras y cultivos de hortalizas
En el rural gallego las parras de vid coexisten con otros cultivos

El emparrado se caracteriza por ser un cultivo horizontal, es decir, que las partes verdes de la vid (hojas y pámpanos) se sitúan formando una especie de manto horizontal que ayuda a captar la máxima luz solar posible, algo que puede llegar a ser determinante en los días oscuros y nublados de las Rías Baixas.

Por otra parte, y no por ello menos importante, las parras de esta zona se sitúan a gran altura, generalmente entre 1,5 y 2 metros de altura. Esto posibilita alejar las vides de la humedad del suelo, contribuyendo a una menor incidencia de enfermedades fúngicas del viñedo, como el Mildiu y el Oidio.

Además en las vides en emparrado, los racimos quedan sueltos colgando bajo la capa foliar horizontal. Este hecho, sumado a la altura de las parras, contribuye a favorecer la aireación de los racimos y mantenerlos en las mejores condiciones sanitarias en el momento de la vendimia.

Viñedo emparrado

La poda de vides en emparrado se diferencia de otros sistemas frecuentes en las Rías Baixas como la espaldera, por dejar un mayor número de yemas. Además es un sistema de conducción que permite un mayor crecimiento vegetativo de la vid, en términos de superficie. Por ello el emparrado es más adecuado para variedades vigorosas, como es el caso del Albariño.

Como contrapartida a los beneficios del sistema de conducción en emparrado en las Rías Baixas, nos encontramos con algunas desventajas desde el punto de vista de la producción intensiva y la mecanización de las labores vitícolas. Las propias parras y los postes, generalmente de piedra, necesarios para sostenerlas impiden la introducción de maquinaria en el viñedo, por lo que prácticamente la totalidad de las labores ha de realizarse a mano, con la consiguiente necesidad de aumentar el personal, especialmente para las podas de invierno y la vendimia.

Este es un hecho que puede ser apreciado como una desventaja desde el punto de vista económico de los responsables de la explotación de las vides, pero como una ventaja desde el punto de vista de la economía rural, las posibilidades de empleo y también de la calidad de la producción. Los viñedos cuidados a mano gozan de un mayor mimo en todas las fases de su crecimiento y, la vendimia manual de racimos, que en Galicia se hace en cajas de unos 20 kilogramos, permite que estos lleguen intactos y en las mejores condiciones a la bodega.

Viñedo parra de albariño

Por otro lado, debido al uso de postes de piedra y a una limitada densidad de plantación, los costes de implantación de viñedos en emparrado son elevados si se comparan con otros como la espaldera.

A pesar de ello, la características de las uvas y de los vinos procedentes de viñedos en emparrado son diferentes que los obtenidos mediante otros sistemas de conducción. Las parras permiten que los racimos maduren con una buen aporte de azúcares procedentes de las partes verdes de la planta, pero manteniendo una acidez elevada y un contenido en ácido málico ligeramente superior. En definitiva, son vinos más frescos y con características representativas de las Rías Baixas.

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