Usos originales del vino para tus platos navideños

Consejos prácticos con vino para mejorar tu mesa esta Navidad

Hay muchas cosas que no suelen faltar en una mesa navideña y una de ellas es el buen vino. Por lo general en estas fiestas se presta más atención a los vinos y a su maridaje con los platos que se van a preparar y, también, generalmente nos gastamos un poco más de dinero en este producto de lo habitual.

No cabe duda de que el vino es un producto de gran valor, tanto cultural como gastronómico, y por ello es uno de los protagonistas en las mesas durante las celebraciones de Navidad. Además de ser el perfecto compañero de los platos que con tanto espero se preparan, el vino ofrece un mundo de posibilidades y usos novedoso que en muchas ocasiones beben de la tradición y las costumbres, pero que no siempre son conocidas. Por ello, dedicamos estas líneas a hablar de algunos de ellos, seguro que sacas buenas ideas para estas fiestas. ¡Toma nota!

 

Sorbete de vino

Sorbete de vino espumoso y limón

El sorbete es un refrescante postre que ayuda a hacer la digestión tras las copiosas comidas navideñas y, además, está delicioso. Hay muchas formas de preparar un buen sorbete pudiendo llevar vino blanco tranquilo o espumoso y jugo o ralladura de limón o de naranja, además de azúcar y aromatizantes naturales como la menta o la canela.

Una forma sencilla de hacer un sorbete de espumoso y limón es disolviendo 100 gramos de azúcar en 100 mililitros de agua en un cazo a fuego bajo sin llegar a hervir. También en este momento se pueden añadir aromatizantes al gusto como unas hojas de menta o una rama de canela. Después se retira del fuego y se añade unos 250 ml de vino espumoso y la corteza rallada de un limón. Verter en un recipiente poco profundo y congelar hasta que esté bien sólido. En el momento de servir raspamos la superficie con la ayuda de un tenedor y se va sacando el granizo que serviremos en las copas. Este sorbete queda ideal acompañado de frutas rojas frescas como las fresas o las frambuesas, que además de ensalzar su sabor mejoran notablemente la presentación del postre.

Un apaño casero y bastante resultón para obtener sorbetes más líquidos y fáciles de preparar es mezclando helado de naranja o de limón (sin base láctea) con el vino blanco o espumoso directamente en el recipiente donde se va a consumir. A esta sencilla preparación le podemos añadir un toque decorativo con virutas de chocolate, unas hojas de hierbabuena o menta, unos frutos rojos… o lo que la imaginación nos depare.

 

Vino caliente con especias

Vino caliente con especias

El vino caliente especiado de Navidad es típico de países del centro y norte de Europa como Alemania, Suiza, Polonia o República Checa entre muchos otros. Al parecer también el norte de Cataluña y Aragón han mantenido la costumbre de beber vino caliente que se remonta, al menos, a la Antigua Roma. Además de estar deliciosa, esta bebida ayuda a entrar en calor e incluso alivia algunos síntomas del resfriado.

Para preparar un delicioso y dulce vino con especias precisamos un vino tinto ligero y sin crianza (un “vino nuevo”), azúcar, piel de naranja y/o limón, y varias especias al gusto. Podemos añadir tantas especias diferentes como queramos pero es muy recomendable que haya canela en rama, clavo de olor, cardamomo y anís estrellado. Simplemente pondremos a calentar todas las especias y pieles de cítricos en una olla junto con el azúcar hasta que empiecen a salir los aromas. Después añadimos poco a poco y removiendo el vino tinto hasta que el azúcar se disuelva. Dejamos cocer la mezcla a fuego bajo durante media hora aproximadamente evitando que hierva tumultuosamente. Colamos para retirar las pieles y especias y ya está listo para tomar bien calentita.

Esta bebida es perfecta para compartir y disfrutar de un momento dulce y agradable en compañía de amigos y familiares.

 

Mariscos con un toque especial

Por todos es sabido que el buen marisco y los vinos blancos gallegos son los mejores compañeros, especialmente los vinos de Albariño de las Rías Baixas. Así es que muchas familias españolas sirven en sus mesas ambos productos en Navidad. Las vieiras, las nécoras, el bogavante, las centolla y el buey son alguno de los mariscos que más se consumen en estas fechas y que se preparan de decenas de formas diferentes.

Coral de centollo

Salvo contadas excepciones, a los gallegos nos gusta consumir el marisco cocido en agua con sal y, a lo sumo, con un poco de laurel. Y es que un buen producto no necesita más aderezos, de lo que se trata es de disfrutar de su sabor genuino, especialmente si se trata de un buey o una centolla de las rías gallegas. Sin embargo, hay que mencionar que es una costumbre bastante extendida la de añadir un chorro de vino blanco a los corales de estos cangrejos, directamente sobre el caparazón abierto, para degustarlos conjuntamente con una cucharilla. Lo ideal es que sea un vino afrutado y ácido (un vino blanco atlántico), que puede ser tranquilo o espumoso.

Los corales son las huevas o gónadas del marisco, que adquieren un color anaranjado tras cocinarlas, y que están francamente deliciosas. Tanto es así que para muchos es, sin la menor duda, la mejor parte de estos codiciados productos del mar e incluso consideran que añadir vino es estropear su sabor. Es por ello que hay tantos detractores como partidarios de añadir vino sobre los corales. En cualquier caso, merece la pena probarlo aunque solo sea una vez.

Otro buen uso del vino con el marisco muy típico de Galicia es la elaboración de la afamada salsa marinera, que por lo general se prepara con almejas, pero su versatilidad alcanza también otros productos típicos del mar. Ciertamente, el vino está presente en la gastronomía tradicional gallega de muchas formas, y todas son ellas deliciosas.

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