Historia y tipos de sacacorchos

Breve historia del sacacorchos

El sacacorchos tiene nada más ni nada menos que tres siglos de historia. Un tiempo en el que este instrumento se ha perfeccionado, tanto en sus materiales como en su uso práctico, pero también un tiempo en el que han surgido ingeniosas creaciones artísticas y diseños exclusivos que son objeto de deseo de coleccionistas y amantes del vino.

En el siglo XVIII, cuando la técnica del vidrio soplado se empezó a mejorar propiciando un mayor uso de botellas de vidrio para el vino, también se extendió el uso del tapón de corcho, que era el principal material disponible por aquel entonces para asegurar la estanqueidad del recipiente, y que presenta muchas otras ventajas como su elasticidad, compresibilidad y ligereza. Así, al tiempo que el vidrio y el corcho se convertían en los materiales más empleados para alojar el vino, el sacacorchos empezaba a ser un utensilio indispensable para el descorche del mismo, tanto que a lo largo de los siglos se hizo necesario fabricar diferentes modelos y optimizar sus materiales para hacerlos más eficaces y duraderos.

La primera patente de un sacacorchos data del año 1795, registrada por Samuel Henshall, y en ella se describe a estos utensilios como herramientas muy similares a las que se empleaban para extraer las balas de los fusiles, con forma de “T”. Pocos años después, en 1802, Edward Thompson diseña un sacacorchos con una especie de “sombrero” metálico que envuelve la boca de la botella y, después de que la espiral haya perforado el corcho, actúa facilitando la retirada del mismo.​ Posteriormente, durante todo el siglo XIX, este utensilio fue evolucionando y se generaron distintos modelos, la mayoría de los cuales seguimos empleando hoy en día.​

Uno de los sacacorchos más apreciados por su diseño es el creado por el artista vienés Carl Auböck II en la década de 1950. Está fabricado en latón y bambú y se distingue por poseer una estilizada calavera en su tirador: las dos “cuencas de los ojos” son para introducir los dedos y agarrar el sacacorchos, mientras que el “hueco de la nariz” se emplea para abrir refrescos.

 

Tipos de sacacorchos

 

Sacacorchos común en forma de “T”

Sacacorchos en forma de T

Es el modelo más simple de sacacorchos y probablemente también sea el más antiguo. Consta de un tirabuzón metálico y una empuñadura de madera, metal u otro material. Su uso es sencillo, simplemente hay que introducir el tirabuzón en el corcho y tirar, pero puede resultar poco práctico al exigir un mayor esfuerzo muscular, especialmente en aquellos corchos que estén muy ceñidos al cuello de la botella.

 

Sacacorchos de doble empuñadura

Sacacorchos de doble empuñadura
Sacacorchos de doble empuñadura de madera y de metal

Pueden ser metálicos o de madera y, como su nombre indica, constan de dos empuñaduras: la primera hace penetrar el tirabuzón en el corcho, y la segunda lo hace girar en sentido contrario para extraerlo.

Este modelo está diseñado para colocarse sobre el cuello de la botella, permitiendo centrar el tirabuzón en el corcho fácilmente. Además se puede profundizar más o menos según la longitud del corcho, sin llegar a atravesarlo con el tirabuzón.

 

Sacacorchos de mariposa

Sacacorchos de mariposa

Es un modelo muy empleado y presente en muchos hogares debido a la facilidad de su uso. Consta de una base que se adapta al cuello de la botella, una “cabeza” que permite girar el tirabuzón para que penetre en el corcho y dos brazos con engranajes que permiten hacer palanca sin esfuerzo para retirarlo. Como contrapartida, este tipo de sacacorchos resultan algo toscos y con frecuencia perforan el corcho atravesándolo.

 

Sacacorchos de láminas

Sacacorchos de láminas

Patentado en 1930 por Dominick Rosati, se trata de un artilugio apto para vinos de edad y corchos delicados. Consta de dos láminas largas y delgadas que se introducen con cuidado a ambos lados del corcho (entre éste y el cuello de la botella) para extraerlo con suavidad ejerciendo un movimiento rotatorio. Eso sí, conviene ser manitas y muy delicado en la operación.

Se dice que los sirvientes de las casas señoriales empleaban este sacacorchos para retirar el corcho de botellas de grandes vinos sin dañarlos. Bebían el caldo a escondidas y después rellenaban la botella con un vino mediocre, colocando de nuevo el corcho original y poniendo así en entredicho el paladar de sus señores.

 

Sacacorchos de palanca, de tirabuzón o de dos tiempos

Sacacorchos de dos tiempos

También llamado “sacacorchos de camarero”, ya que es el más empleado en la hostelería, por su pequeño tamaño, su fácil uso y por ser adecuado para retirar la mayoría de corchos. Disponen además de una pequeña navaja para cortar la cápsula y presentar el vino.

Constan de un tirabuzón y un brazo que se apoya sobre la boca de la botella para hacer palanca y extraer el corcho. Generalmente el brazo tiene dos topes (fijos o engranados) a diferentes alturas para hacer palanca en “dos tiempos”. El cuerpo puede ser de madera, metal u otros materiales y algunos tienen diseños personalizados y diferentes ornamentaciones.

 

Sacacorchos de alas o búho

Sacacorchos búho

Este sacacorchos es un diseño de 1932 atribuido al vasco David Olañeta, para su marca BOJ, y que todavía se produce a día de hoy. Catalogado como uno de los 250 objetos más importantes en la historia del diseño industrial en España, fue exhibido como tal en el Museo Reina Sofía de Madrid en 1998.

Consta de dos palancas y sus engranajes (que asemejan dos grandes ojos), dándole una apariencia que recuerda a un búho y que le vale el sobrenombre.

 

Sacacorchos Screwpull continuo y de resorte

Sacacorchos screwpull

Los sacacorchos de la marca registrada Screwpull fueron concebidos por el ingeniero estadounidense Herbert Allen, quien se inspiró en un mecanismo de extracción del crudo para diseñarlos.

Ambos modelos son muy fáciles de usar y muy eficaces. El mecanismo continuo permite girar el tirabuzón para insertarlo en el corcho y después extraerlo sin modificar el sentido de giro. Por su parte, el modelo con mecanismo de resorte (como el de la imagen) consta de una palanca que hace girar el tirabuzón para que penetre en el corcho tirando de ella hacia abajo y, al subirla, se extrae el tapón con facilidad.

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