¿Qué es un vino vegano?
A pesar de que el vino es, en sí mismo, una bebida origen vegetal que se elabora con la intervención de microorganismos fermentadores, es frecuente que éstos no sean adecuados para los veganos. Ello es debido a que en ocasiones las bodegas emplean compuestos de origen animal para clarificar los vinos, por lo que éstos no serían adecuados para una dieta vegana.
El veganismo se podría definir como el rechazo a alimentos, u otros artículos de consumo, que son de origen animal en su totalidad o en alguno de sus componentes. En esencia se diferencia del vegetarianismo es que este último admite el uso de productos de animales vivos, como los huevos o la leche, mientras que para los veganos este tipo de alimentos no serían admisibles.
Como en cualquier bebida o alimento que sea resultado de una fermentación, se hace necesaria la intervención de microorganismos para su elaboración. Así, en el caso del vino se requiere, al menos, de los siguientes seres vivos para su elaboración: las vides y sus uvas, pertenecientes al reino vegetal (Reino Plantae) y las levaduras que realizan la fermentación alcohólica del mosto, pertenecientes al reino de los hongos (Reino Fungi). Además, la mayoría de los vinos, especialmente los tintos pero también muchos blancos, llevan a cabo una segunda fermentación, la maloláctica, la cual es llevada a cabo por bacterias lácticas (Reino Procariota o Reino Monera, según la clasificación). Así, ningún vino necesita de organismos del reino animal, al menos a priori y no más allá de la intervención humana, para su existencia.
Entonces ¿por qué algunos vinos no son adecuados para los veganos?
La respuesta se encuentra en la clarificación de los vinos, una operación que se realiza en las bodegas para eliminar turbios y partículas en suspensión que quedan en éstos una vez elaborados. Así, mediante el uso de agentes clarificantes, se consigue que los vinos muestren un aspecto limpio y brillante, más adecuado para las preferencias de los consumidores, y también que éstos sean más estables durante su almacenamiento en botella.
Los agentes clarificantes son el principal método de clarificación que se usa actualmente en todo el mundo, aunque ya en el siglo XVII se utilizaban leche, claras de huevos y cola de pescado como clarificantes. De ellos solo las claras de huevo se siguen empleando en la actualidad para la clarificación de algunos vinos tintos.
Los diferentes tipos de clarificantes que se utilizan en la actualidad se pueden clasificar según su origen en:
- De origen animal: como las albúminas (presentes en la clara de huevo y en el suero sanguíneo), la caseína (proteína de la leche), la gelatina (de cartílagos de animales) o la ictiocola (procedente de algunos peces).
- De origen vegetal: como los alginatos (que se obtienen de algas marinas) o las proteínas de guisante.
- De origen mineral: bentonita (arcilla de grano muy fino).
- De naturaleza mineral o química: dióxido de silicio (también llamado anhídrido silícico o gel de sílice).
Así, en la elaboración de los vinos veganos se emplean clarificantes de origen vegetal, de origen mineral o de naturaleza química.
Es importante mencionar que muchas bodegas realizan una clarificación espontánea de sus vinos, esto es, dejando que los turbios precipiten lentamente durante su almacenamiento en bodega a temperaturas bajas (durante el invierno) sin emplear ningún agente clarificante. También existen los denominados vinos turbios que no han sufrido ningún proceso de clarificación. Por ello, estos vinos también serían adecuados para una dieta vegana.
Vinos veganos y etiquetado
La principal problemática respecto a si los vinos son adecuados para los veganos o no viene determinada porque la normativa del etiquetado de los vinos no exige que se incluya información del tipo de agentes clarificantes que se hayan podido usar en su elaboración. La ley exige que la etiqueta contenga información de la graduación alcohólica y el contenido en sulfitos, pero nada más allá respecto a la composición del vino.
Es por ello que cada vez más bodegas incluyen la frase “vino vegano” en su etiqueta, para dejar patente que no emplean agentes de origen animal en su elaboración. Ello no quiere decir que un vino que no tenga esta frase en su etiqueta no sea apto para veganos, puede serlo o no, pero en cualquier caso sólo con la información que la normativa de etiquetado exige no es posible saberlo.
Existe un sello que es garantía de la producción vegana de un vino y que resulta cada vez más frecuente en las estanterías de los supermercados, ya que muchas bodegas comercializan sus productos con el mismo. Se trata de un certificado vegano de la Unión Vegetariana Española que otorga el sello V-Label (vino vegano) a los vinos que han demostrado su elaboración 100% libre de sustancias de origen animal. Es fácilmente visible por su llamativa combinación de los colores amarillo y verde y por incluir la palabra “vegano” en letras bien visibles.