Casa Ponte

Gallega

Información sobre Casa Ponte

Degustar una tapa en compañía de la familia o amigos, tomarse unos vinos mientras se repasa la actualidad social de la ciudad, celebrar una fecha o acontecimiento especial rodeado de nuestros seres queridos o saborear una exquisita ración sentado a la mesa al tiempo que se departe sobre lo humano y lo divino, son algunas de las muchas experiencias que pueden vivirse y disfrutarse en Casa Ponte Bar & Kitchen, todo un referente en la oferta hostelera de A Coruña desde su fundación a mediados del siglo XX y, más aún, desde que en 2007 Jorge Otero se hiciera cargo del mismo y decidiera dar un giro a esta legendaria tasca coruñesa aumentando la calidad de sus productos y ampliando la oferta de su carta.
Pero el verdadero rasgo diferencial de este local situado en el número 95 de la calle Juan Flórez va más allá de lo meramente gastronómico. Así, traspasar las puertas de Casa Ponte es penetrar en un santuario donde se rinde culto a la amistad y a la buena vida y sumergirse en una atmósfera que nos retrotrae inmediatamente a las décadas centrales del siglo pasado y nos permite imaginar cómo era la vida y cómo se disfrutaba del tiempo de ocio hace más de 70 años.

Encuéntrelo en el mapa

Su ubicación

Casa Ponte
Juan Flórez, 95, 15005 A Coruña
Coordenadas
Latitud:
43º 21' 40.7" N (43.361305)
Longitud:
8º 24' 26.46" W (-8.40735)

Lo que ofrece Casa Ponte

Un local cargado de historia y recuerdos.

En 1950, en una época en la que los futbolistas no cobraban los sueldos astronómicos actuales y, por lo tanto, no disfrutaban de los lujos que les rodean en nuestros días, Enrique Ponte Veira, un poderoso central del Deportivo de La Coruña que conseguiría dos ascensos a Primera División con el club y llegaría a celebrar el subcampeonato de Liga en la temporada 1949-50, decidía comprar un bajo en la calle Juan Flórez y abrir un bar de vinos que regentarían durante años sus padres y, desde 1964, su hermano Antonio. Una tasca sencilla y familiar que permanecería en manos de los Ponte hasta finales de la década de los 90 y pasaría después por diversas manos hasta que, en 2007, el empresario de la hostelería Jorge Otero se hizo cargo del mismo y lo convirtió en lo que es hoy: todo un referente dentro de la oferta gastronómica y de ocio de la ciudad.

Su receta es sencilla y, a la vez, complicada. Consiste, básicamente, en satisfacer las demandas de la sociedad actual manteniendo intacto el espíritu y la esencia del local. Y nada mejor para ello que preservar inalterado su aspecto original, sin reformas estructurales ni cambios en una vetusta decoración que ha sido enriquecida paulatinamente con distintos elementos y objetos procedentes de colecciones particulares y anticuarios. Un ambiente con solera en el que parece haberse detenido el tiempo gracias a la infinidad de antiguos objetos que pueblan sus paredes y estanterías. Desde las pizarras que se utilizaban para anotar los resultados del fútbol hasta un arcaico televisor, pasando por fotografías antiguas, carteles anunciando fiestas de los años 30 o de empresas coruñesas ya extintas, letreros publicitarios elaborados con cristal o espejo… Un sinfín de elementos que sirven, en definitiva, para crear una atmósfera que podría recordar a la de un museo, pero que está totalmente viva.

Cocina moderna con un toque añejo.

El segundo ingrediente o secreto del éxito de Casa Ponte (morimos de éxito, rezaba una original publicidad realizada hace unos años) radica en su cocina, que antes de su última etapa contaba con una oferta bastante limitada y que, desde entonces, ha introducido un menú del día y ha ido aumentando paulatinamente su carta con una mayor variedad y calidad de pinchos y raciones, lo que le ha valido para ganarse una merecida fama entre público y crítica. Y todo ello con una interesante fórmula que parte de la cocina tradicional y la revisa para dotarla de un punto moderno con un equilibrio perfecto que se ha ganado una importante legión de seguidores. Entre sus platos y pinchos estrella no podríamos dejar de mencionar su confit de pato con chicharrones y grelos, que se alzó con el premio Picadillo en el año 2010, el pulpo con langostinos al ajillo y carnes como el chuletón de vaca vieja, el secreto al Pedro Ximénez o el pollo crujiente con miel y mostaza, entre muchos otros. Un menú en el que conviven creaciones culinarias fijas con platos y pinchos que varían en función de la disponibilidad de productos de temporada de la máxima calidad y frescura, además de con otros más básicos y tradicionales como sus patatas bravas, los recuperados calamares, que solían servirse con el vino en los años 60 y 70, o su famoso huevo frito, que se pone como pincho un día a la semana y que, pese a su sencillez, arrastra a un buen número de incondicionales a visitar el local con el único objetivo de degustarlo. Sin olvidar sus opciones de alimentos sin gluten o de raciones aptas para vegetarianos.

Vinos para todos los paladares y maridajes

Tratándose de una taberna, no menos relevante es su carta de vinos, que también partía de una oferta limitada y que ha ido ensanchando horizontes con vinos gallegos y foráneos con variedades y denominaciones de origen como Albariño, Godello, Rías Baixas, Rioja o Ribera de Duero, entre muchas otras. Caldos, en todos los casos, que destacan por su calidad, por su variedad y por su originalidad, pues en la mayor parte de los casos se trata de vinos poco comunes, de los que no pueden encontrarse habitualmente en los supermercados y que denotan el afán de Casa Ponte por ofrecer algo distinto y de la mayor categoría.

A modo de curiosidad, este amplio abanico de caldos, hablamos de unas 70 referencias que van aumentando poco a poco, no se traduce en la existencia de una carta de vinos física, pero se trata de una ausencia premeditada que tiene como objetivo buscar la interacción con el cliente, conocer sus gustos y asesorarle en su elección del vino teniendo en cuenta el menú elegido para que el maridaje sea perfecto. Esto no sería posible sin la excelente predisposición del personal, siempre dispuesto a aconsejar al cliente en la alternativa más adecuada.

Trato profesional, esmerado y amistoso

Este último punto nos acerca a otro de los rasgos diferenciales de Casa Ponte y de las cuestiones que lo convierten en un establecimiento único: el trato cercano, amable y profesional de sus trabajadores y de su gerente, siempre dispuestos a ayudar y a hacer que sus clientes, ya vengan a comer o a cenar en su recoleto comedor o en su amplia terraza, o a disfrutar de unos pinchos, unas cañas o un vermú en su barra, gocen del ambiente agradable que se respira en este local, se relajen, se evadan de sus preocupaciones diarias y, en resumidas cuentas, se sientan como en casa.

Es por ello por lo que, aunque todo el mundo es bien recibido y el boca a boca hace que cada día más gente se anime a acercarse por vez primera, más que de clientes, en muchos casos cabría hablar más bien de “feligreses”, que acuden periódicamente a su cita con Casa Ponte y que han dado lugar a infinidad de anécdotas. Desde la pareja que tiene tatuadas las coordenadas de localización del bar por haberse conocido en él, hasta los que han celebrado allí momentos inolvidables como pedidas de mano o, incluso, actos tan poco comunes en nuestra cultura como funerales a la irlandesa.

Amabilidad, un ambiente y una decoración únicos, una carta de vinos original y de calidad, un gran producto y excelentes elaboraciones son, por lo tanto, las claves de este establecimiento que lleva más de 70 años proporcionando alegría a los vecinos de A Coruña y a sus visitantes y que, esperemos, perdure al menos otro tanto para que generaciones más jóvenes puedan conocer y respirar la esencia de este verdadero templo de la gastronomía y el ocio.

Ficha técnica de Casa Ponte

Nombre Completo Casa Ponte
Dirección Juan Flórez, 95, 15005 A Coruña
Teléfono +34 981 24 99 98

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