El magosto en Galicia

Galicia rinde culto a las castañas

El magosto está a la vuelta de la esquina y las castañas, esos frutos del otoño que tanto apreciamos los gallegos, ya comienzan a estar maduras y listas para degustarlas. El magosto es, en sí mismo, asar castañas al fuego para degustarlas, por lo general, acompañadas de un buen vino gallego, preferentemente tinto. Esta tradición se hace cada año en cada pueblo, aldea y ciudad de Galicia, ya sea en pequeños magostos particulares o en grandes fiestas populares e incluso en los centros de enseñanza. El magosto está muy presente en Galicia y es parte de nuestra historia, cultura y tradición.

Los magostos se celebran cuando es época de castañas y especialmente las dos primeras semanas de noviembre: entre el día de Todos los Santos (el 1 de noviembre) y el día de San Martiño (el 11 de noviembre). Dice una tradición popular que con cada castaña que es asada y consumida se libera un alma del purgatorio y que ésta se une a la celebración del magosto.

Como bien es sabido, el refranero popular dice mucho de la cultura y costumbres de sus gentes. Así, en Galicia tenemos uno que dice “Por San Martiño faise o magosto con castañas asadas e viño ou mosto” (Por San Martín se hace el magosto con castañas asadas y vino o mosto). Y es que en estas fechas el crepitar de las castañas resuena en los hogares, calles y plazas de Galicia, acompañadas siempre de un buen vino, preferentemente el viño novo,  y también otros “aderezos” como los chorizos asados con pan y la queimada.

Historia del magosto en Galicia

Antes del Cristianismo se celebraban en varios lugares de la península Ibérica festejos que celebraban la recogida de la castaña, uno de los ingredientes principales y presentes en la gastronomía popular, junto con la bellota, desde el Paleolítico.

Se cree que el magosto en Galicia tiene un vínculo directo con la celebración del Samaín, en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, una festividad pagana de origen celta que honraba el final de las cosechas y celebraba la llegada de un nuevo ciclo anual. Posteriormente, la cristianización transformó esta festividad en el “Día de Todos los Santos”, el 1 de noviembre.

Además de una nueva religión, la llegada de los romanos a Galicia trajo consigo muchas cosas, una de ellas fue la intensificación del cultivo del castaño. Así, las castañas fueron un sustento básico para la población gallega durante siglos, y especialmente de los campesinos.

A finales del siglo XVIII se produjeron graves enfermedades que afectaron a los castaños de Galicia, por lo que su cultivo se empezó a sustituir por otros, principalmente el de la patata y el maíz. Sin embargo, en las zonas más recónditas, y especialmente en Ourense y Lugo, muchos soutos (bosques de castaños) se mantuvieron al margen de estas enfermedades y por ello aquí se encuentran la mayoría de castaños centenarios de Galicia, habiendo ejemplares que rondan los 1.000 años.

El magosto, al igual que los castaños, se mantuvo vivo en Galicia durante miles de años hasta nuestros días. Desde siempre ha sido una celebración en torno al fuego y las castañas asadas en la que vecinos, familiares y amigos se reúnen para comer, beber, bailar y adornarse la cara con ceniza.

Los soutos continúan formando parte del paisaje gallego y sus ecosistemas, sirviendo de sustento para el desarrollo y vida de otras especies. Los castaños de Galicia son cultivares autóctonos que producen frutos de gran calidad y que están amparados por la Indicación Geográfica Protegida Castaña de Galicia. De hecho, cada año se exportan miles de toneladas de castañas gallegas a más de 60 países de todo el mundo, especialmente a Francia, Italia, Reino Unido y Portugal. Un sector que tiene un importante impacto en el desarrollo económico y rural del interior de Galicia.

Las Fiestas del Magosto

Aunque el magosto se celebra en toda Galicia, algunas de las fiestas más populares y multitudinarias están en las provincias de Ourense y Lugo ya que, como hemos explicado, aquí se encuentran algunas de las mayores poblaciones de castaños de toda Galicia y un porcentaje de la población se dedica al cultivo y recolección de estos frutos como modo de vida. Pero, como veremos a continuación, también hay alguna fiesta de magosto muy popular en las provincias de A Coruña y Pontevedra.

La ciudad de Ourense celebra cada año sus populares fiestas en torno al patrón de la ciudad, San Martiño (también conocidas como Festas do Magosto), durante varios días en torno al 11 de noviembre. El éxito y popularidad de los eventos la han llevado a ser declarada en 2008 Fiesta de Interés Turístico de Galicia, e incluye en su programación, como no, un gran magosto popular además de otras amenizaciones como bandas de gaitas y conciertos.

Otra festividad declarada de Interés Turístico de Galicia es la Festa da Castaña e do Cogumelo de Riós. Desde hace más de 25 años esta localidad ourensana acoge una de las fiestas gastronómicas más singulares de Galicia, en la que se exaltan los productos del otoño, las castañas y las setas mediante degustaciones, showcookings, talleres, exposiciones… y también, claro está, con un buen magosto popular.

En plena Serra do Courel, un lugar de naturaleza espectacular y cuyos bosques son representativos de Galicia, también se celebran importantes magostos declarados de Interés Turístico de Galicia. Tal es el caso de la Festa da Castaña do Courel que se celebra desde hace más de 3 décadas en las parroquias de Folgoso do Courel y de Seoane do Courel, en la provincia de Lugo. Como es natural en cualquier celebración gallega la música está bien presente en forma de bandas tradicionales y una verbena nocturna.

En la provincia de A Coruña, el magosto popular más destacado es el de Santiago de Compostela. Una festividad que acoge también un mercado de artesanías y varios eventos relacionados con el Samaín, como una exposición y concurso de calabazas y atracciones “terroríficas”.

En Pontevedra también hay magostos destacados. Como la Festa da Castaña de Vila de Cruces que se celebra desde hace casi 30 años, y en la que se reparten alrededor de 300 kilos de castañas. Y en las Fiestas de San Martiño de Moaña, catalogada de Interés Turístico de Galicia, también se celebra un gran magosto además de actuaciones musicales, actos litúrgicos y la apertura de decenas de furanchos.

A principios de noviembre el olor a castañas asadas se percibe en cualquier aldea, pueblo, villa y ciudad de toda Galicia. Las fiestas del magosto se prolongan hasta bien entrada la noche, reuniendo a gentes de todas las edades en torno al fuego, igual que hacían nuestros ancestros. La magia se respira en el ambiente: el frío, la lluvia y el crepitar del fuego y las castañas reviven la memoria de los más ancianos, que cuentan historias que sólo perviven en la memoria colectiva y que despiertan la imaginación de los más jóvenes.