La Ternera Gallega y el Ternasco de Aragón aumentan su reconocimiento
En el año 2018 las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP) Ternera Gallega y Ternasco de Aragón daban el pistoletazo de salida a la campaña “Carnes con estilo” con la finalidad de promocionar sus productos, contribuir al reconocimiento de este sello por parte de los consumidores y aumentar la competitividad de ambos productos en el mercado.
El sello IGP es garantía de calidad y origen de estos productos, y una muestra de que cumplen con los más altos estándares que así lo certifican. Ello supone también un esfuerzo añadido para los productores, que han de mantener un riguroso control de sus explotaciones y de toda la cadena de producción para hacer llegar la carne fresca a los consumidores manteniendo el sello IGP. Es por ello, que en 2018 se inició la campaña “Carnes con estilo”, financiado por la Unión Europea, que contribuye a la promoción y reconocimiento del sello IGP de dos de las mejores carnes de toda España. La campaña terminará el próximo año 2021.
Hoy, después de dos años desde que se inició la campaña, el esfuerzo se empieza a ver recompensado y el reconocimiento del sello IGP se ha duplicado entre los consumidores de carne fresca en España desde 2018, según una encuesta realizada por la la consultora Growth from Knowledge (GfK). Además, la encuesta muestra que la confianza en el sello IGP ha aumentado un 40% entre los consumidores, que se fían más de la frescura y el buen sabor de estos productos.
La iniciativa “Carnes con estilo” ha llevado a cabo diversas acciones centradas sobre todo en los consumidores finales, aunque también en profesionales, mediante actividades de dinamización e información Madrid, Cataluña, Valencia, País Vasco, Cantabria, La Rioja y Navarra.
No es de extrañar que ambas IGPs participen juntas en esta campaña, ya que comparten los mismos valores y también parte de sus historia. Tanto la IGP Ternasco de Aragón como la IGP Ternera Gallega fueron las primeras carnes frescas reconocidas con una denominación específica en España, en el año 1989. Además, ambas fueron las primeras carnes frescas, de vacuno y cordero respectivamente, con un control integral y certificación de garantía reconocidas por la Unión Europea en 1996.
Ahora continúan creciendo y mostrando a los consumidores y a los mercados que los productos de calidad tienen muchas ventajas por su sabor, su terneza y su frescura, pero también por su origen y producción que contribuye al desarrollo rural y la creación de empleos.
IGP Ternera Gallega
Los productos con garantía de calidad de Galicia son numerosos, y la IGP Ternera Gallega es uno de ellos. La Ternera Gallega ampara exclusivamente la carne de razas autóctonas y sus cruces, nacidos, criados y sacrificados en Galicia, y que superaron un riguroso programa de control integral.
Son terneros de menos de 10 meses, criados de acuerdo a la forma tradicional en ganaderías y cebaderos, alimentados con el aprovechamiento de los forrajes propios de la explotación y con piensos autorizados de origen vegetal. Además, en el caso de Ternera Gallega Suprema, la base de su alimentación es la leche materna como mínimo hasta los 7 meses de edad.
La carne de la IGP Ternera Gallega se caracteriza por su textura fina, su jugosidad, su sabor y su extraordinaria terneza. Se trata de un producto muy versátil que muestra todo su potencial en elaboraciones más tradicionales como la carne ó caldeiro o el churrasco, así como en elaboraciones más modernas como un steak tartar o un carpaccio.
IGP Ternasco de Aragón
El Ternasco de Aragón es un cordero de menos de 90 días, de razas autóctonas aragonesas, y alimentado con leche materna y cereales naturales hasta alcanzar un peso de entre 8 y 12,5 kg.
Durante su crianza se garantizan unos estándares de calidad óptimos que se traducen en una carne de cordero tierna, sabrosa, saludable y también versátil, que satisface a nuevos tipos de consumidores y nuevas formas de consumo.
La Ternera Gallega y el Ternasco de Aragón son productos diferentes que tienen mucho en común por su espectacular sabor, textura, frescura y versatilidad en la cocina; su garantía de origen y sus formas de producción asociadas al desarrollo rural, ambos son productos típicos de su tierra y cumplen con exigentes estándares de calidad. Ambas son carnes frescas e Indicaciones Geográficas Protegidas que ponen en valor la enorme riqueza gastronómica española.