Postres gallegos de la abuela

Recetas tradicionales: como las hacía la abuela

La repostería tradicional gallega es muy amplia y variada. Muchos dulces se elaboran desde hace siglos en las cocinas de las casas más nobles, en los conventos y monasterios y también, cómo no, en las casas más humildes de Galicia.

Tradicionalmente los dulces caseros gallegos se hacían con huevos, harina, leche, manteca y miel, ingredientes disponibles en la mayoría de los hogares. Mientras que otros productos como el azúcar y las almendras quedaban relegados a las clases más pudientes, que consumían gran variedad de dulces elaborados con almendra. A día de hoy el azúcar se ha incorporado ya a todas las recetas y, alimentos como las almendras son más accesibles para todos.

En este artículo recopilamos algunas de las recetas de postres caseros gallegos que tienen un origen más humilde, pero que son deliciosos, genuinos y excepcionales.

Filloas gallegas

Las filloas son uno de los dulces más tradicionales y antiguos de Galicia. En todos los rincones de estas tierras se preparan filloas, y es por ello que hay muchas variantes: filloas de leche, de anís, de harina de centeno, de maíz e incluso saladas preparadas con caldo de carne. También admiten multitud de aderezos como azúcar, miel o chocolate; y rellenos de nata, crema pastelera, frutos secos…

Tradicionalmente en las mesas de los gallegos se servían las filloas también en las comidas y cenas, acompañadas de verduras como los grelos o cualquier otro alimento. A día de hoy son más bien un dulce y se consumen sobre todo en los días de carnaval con azúcar o miel. Aunque como veremos, las filloas no son dulces en sí mismas (no llevan azúcar en su masa) por lo que las posibilidades a la hora de acompañarlas son infinitas.

Os dejamos la receta tradicional de las filloas de leche por ser éstas las más consumidas actualmente y también las que más gustan a todo el mundo.

Receta

Ingredientes:
250 ml de leche, 200 ml de agua, 4 huevos, 150 g de harina 1 cucharadita de canela (opcional), 1 pizca de sal, manteca de cerdo o mantequilla.

Elaboración:
Batimos bien los huevos con una pizca de sal, y añadimos a continuación la leche y el agua (también se puede añadir aquí una cucharadita de canela). Sin dejar de batir incorporamos poco a poco la harina tamizada hasta que tengamos una mezcla fina y homogénea.

Frotamos un pedazo de tocino o mantequilla en una sartén bien caliente, con ayuda de un cucharón extendemos una pequeña cantidad de la mezcla hasta que quede una capa bien fina. Cuando comience a despegarse por los bordes, la filloa está lista para darle la vuelta, esperamos unos segundos más por el otro lado y ya estará lista. Entre cada filloa debemos volver a frotar la sartén con mantequilla o tocino (podemos ayudarnos con un papel de cocina).

Lo mejor es degustarlas recién hechas, incluso un poco calientes, con azúcar espolvoreado por encima o miel.

Orejas de Carnaval

El dulce por excelencia del Carnaval gallego. En estas fechas las orejas se elaboran en todas las pastelerías y confiterías de Galicia y también en muchos hogares. Su nombre se debe a su peculiar forma de oreja, aunque mucha gente las prepara en forma de rectángulos, la tradicional se hace con un pliegue en forma de oreja. Os la explicamos a continuación cómo se elabora este crujiente y dulce manjar.

Receta

Ingredientes:
800 g de harina, 2 huevos, medio vaso de anís, 100 g de manteca de vaca, 200 ml de agua templada, una pizca de sal, azúcar glaseado, canela y aceite de girasol para freír.

Elaboración:
Primero mezclamos la manteca derretida con el agua templada y posteriormente añadimos los huevos, la pizca de sal y el anís. Mezclamos con unas barillas hasta que esté homogéneo. Añadimos poco a poco la harina tamizada y mezclamos bien con las manos.

Trabajamos la masa sobre una mesa, la estiramos y la cortamos en rectángulos. Las freímos en aceite bien caliente y nada más echarlas en la sartén le hacemos un metido por uno de sus lados con un tenedor para darle forma de oreja.

Cuando estén bien doradas las retiramos y dejamos escurrir sobre papel absorbente. Mientras aún están calientes espolvoreamos con una mezcla de azúcar glass y canela, en proporción 4 a 1.

Leche frita

Este es uno de los postres más caseros de Galicia y que cualquier gallego asocia con el hogar, la infancia y las delicias que preparaba la abuela. Es un dulce peculiar, muy cremoso y bastante fácil de preparar.

Receta

Ingredientes:
500 ml de leche, 4 huevos, 120 g de azúcar, 60 g de harina, la piel de un limón, media rama de canela, media vaina de vainilla, una cucharada sopera de mantequilla o manteca, pan rallado o harina para rebozar, aceite para freír, azúcar y canela molida para espolvorear.

Elaboración:
Disolvemos la harina en la leche fría, ponemos la mezcla en una cacerola y añadimos dos huevos batidos, el azúcar, las cáscara de limón la vainilla y la canela en rama. La ponemos a fuego lento y removemos hasta que comience a hervir. Dejamos que se cueza unos minutos y justo antes de retirar añadimos la cucharada de mantequilla o manteca.

Vertemos en una fuente de bordes altos y la dejamos enfriar. Cortamos en cuadrados de unos tres centímetros, los rebozamos con los otros dos huevos batidos y el pan rallado. Los freímos en aceite bien caliente, escurrimos y espolvoreamos con el azúcar y la canela molida. Se pueden dejar enfriar antes de servir o tomar mientras aún están calientes.

Bica gallega

Este dulce y jugoso bizcocho es original de la comarca de Terra de Trives, en las montañas de la provincia de Ourense. Aunque actualmente se consume en todo el territorio gallego, la bica de Trives sigue siendo muy apreciada. Es un postre que se consume todo el año, pero que es especialmente abundante en los Carnavales de Laza y, como no, en la Fiesta de la Bica que se celebra el último domingo de julio en el municipio de Puebla de Trives.

Hay constancia de su existencia ya en el siglo XIX, cuando Trives era un importante centro de reunión de la nobleza gallega, aunque como ocurre con muchas elaboraciones artesanales probablemente ya se hacía mucho antes de que hubiese un registro escrito.

El ingrediente clave en la elaboración tradicional de la bica es la manteca de leche de vaca, que le aporta sabor pero sobre todo su textura jugosa y esponjosa. También, las mejores recetas emplean fermento natural (levaduras vivas como las de panadería) que le confieren a la bica un sabor y textura espectaculares. Nosotros os explicamos a continuación una receta que no es la tradicional pero que resulta más apta para elaborar en nuestros hogares.

Receta

Ingredientes:
4 huevos, 300 g de azúcar, 400 g de harina, 200 g de manteca o mantequilla clarificada (se puede adquirir en algunos supermercados), 200 ml de nata líquida, 1 sobre de levadura química y la ralladura de 1 limón (opcional). Canela en polvo y azúcar para espolvorear.

Elaboración:
Precalentamos el horno a 180 ºC, mezclamos la harina con la levadura y reservamos. En un bol mezclamos con varillas los huevos, la manteca y el azúcar hasta que tengamos una mezcla homogénea. Añadimos la nata y la ralladura de limón y mezclamos. Finalmente añadimos la harina con la levadura y seguimos mezclando hasta que todo esté bien integrado.

Forramos un molde cuadrado o rectangular con papel de horno y vertemos la mezcla. Espolvoreamos con azúcar y canela y horneamos durante 40-45 minutos. Ya tenemos una bica gallega, perfecta para desayunar, para merendar y acompañar con el café.

Melindres y rosquillas gallegas

Los melindres y las rosquillas de feria (las glaseadas) son dulces típicos de Galicia que se consumen principalmente en fiestas populares y ferias. Ambos llevan los mismos ingredientes y se diferencian en el tamaño, siendo las rosquillas más grandes, mientras que los melindres son pequeños y en ocasiones en forma de bolita. No hay una fiesta en Galicia en la que no encontremos un puesto con estos dulces.

Los ricos de Melide, son los melindres que se elaboran en este municipio coruñés, y gozan de ser los mejores de Galicia. Os dejamos aquí la receta de este dulce sin igual.

Receta

Ingredientes:
250 gramos de harina, 6 yemas de huevo, 1 cucharada de manteca cocida de vaca. Para el jarabe de azúcar: 100 gramos de azúcar y 150 ml de agua.

Elaboración:
Mezclamos las yemas de huevo con la manteca y agregamos la harina. Mezclamos y amasamos con las manos. Cuando la masa está bien ligada vamos cortando pequeñas porciones y hacemos tiras cilíndricas, de aproximadamente medio centímetro de grosor, rodando la masa con las manos sobre la mesa sin presionar demasiado. Cortamos la tira en porciones de 10 centímetros de largo aproximadamente y unimos los extremos en forma de rosquilla pequeña (después del horneado los agujeros se hacen más pequeños o desaparecen).

Colocamos los melindres sobre una fuente de horno con papel vegetal y horneamos a 230 ºC durante 20 minutos hasta que estén bien dorados. Retiramos y dejamos enfriar durante varias horas.

Preparamos el jarabe calentando el azúcar con el agua en un cazo, primero a fuego medio-alto hasta que comience a hervir, bajamos un poco el fuego y cuando empiece a espesar un poco determinaremos cuándo ha alcanzado el punto de hilo. Para ello cogeremos un poco de jarabe con una cuchara, la colocamos sobre una superficie bien fría (agua con hielo) para enfriar rápidamente el jarabe y después lo vertemos suavemente: si cae formando hilos hemos alcanzado el punto deseado.

Bañamos los melindres con el jarabe de azúcar a punto de hilo dándole vueltas hasta que comienzan a pegarse entre ellos, los dejamos secar, y ya están listos para consumir. Se pueden almacenar en un lugar seco durante varios días.

Otros postres típicos gallegos.

Existen otros muchos postres gallegos que han llegado a nuestros días de madres a hijas y que hoy hacen las delicias en las comidas tradicionales entre familiares y amigos. Además de los indicados anteriormente, podemos nombrar la proya, el bandullo o mistura o la larpeira.