Las maravillas de la Costa Ártabra en Galicia
La Costa Ártabra es uno de esos lugares donde el mar y la tierra están íntimamente unidos, configurando un paisaje único y espectacular. Oleaje, viento, playas, dunas, acantilados, miradores, lagunas, faros, montañas, fauna y flora… en este punto de la costa de Galicia todos estos elementos conviven en armonía.
En el noroeste de la provincia de A Coruña y al norte de la Costa da Morte, la Costa Ártabra se extiende por un intrincado litoral de más de 100 kilómetros entre la Ría de Ares y la Ría de Ortigueira. Se trata de un lugar de especial valor ecológico que contribuye a restaurar el hábitat natural y la biodiversidad de la fauna y flora silvestres. Es por ello que ha sido reconocida a nivel comunitario como Zonas Especiales de Conservación (ZEC) integrada en la Red Natura 2000. En cuanto a sus valores naturales y paisajísticos, la Costa Ártabra destaca también por poseer una extraordinaria singularidad geológica dada por la composición y la antigüedad de sus rocas.
La Costa Ártabra incluye los siguientes ayuntamientos, de Norte a Sur y de Este a Oeste: Ortigueira, Cariño, Cedeira, Valdoviño, Narón, Ferrol, Mugardos y Ares.
A continuación os mostramos un recorrido por los principales enclaves de la Costa Ártabra partiendo del sur hacia el norte, es decir, desde la Ría de Ares hasta la Ría de Ortigueira e Ladrido, que es perfecto para hacer en coche, con calma y disfrutando de este paisaje singular.
Playa de Doniños y Cabo Prior
A tan solo 10 kilómetros de la ciudad de Ferrol se encuentra la hermosa playa de Doniños y su laguna litoral. La laguna de Doniños es la laguna costera más profunda de Galicia y presenta abundante vegetación acuática de especial interés, como el nenúfar blanco europeo, cuyas flores blancas se pueden admirar adornando la laguna junto a la playa en época estival.
A menos de 10 kilómetros de Doniños hacia el norte, encontramos el cabo Prior con su faro de mediados del siglo XIX situado a 171 metros de altura sobre el océano Atlántico. Las vistas desde este lugar son más que recomendables y nos transmiten la inmensidad del océano frente a nosotros. Desde aquí encontraremos varias pistas de tierra perfectas para pasear frente al mar y divisar los islotes de Os Cabalos y la playa de O Cabaliño. Junto al faro se situaron varias baterías militares, actualmente abandonadas, que se pueden visitar con precaución.
Playa de A Frouxeira y la laguna de Valdoviño
El conjunto formado por el arenal y la laguna de Valdoviño conforman uno de los humedales costeros más bellos de Galicia, y cuya extensión abarca alrededor de 485 hectáreas.
La playa de A Frouxeira, también conocida como praia de Valdoviño, se extiende a lo largo de unos 3 kilómetros limitando por un lado con la Laguna da Frouxeira, de gran valor medioambiental y, por el otro, con el cabo de Punta Frouxeira. En este cabo se encuentra un peculiar faro y un santuario marinero a la “Virxe do Porto”, materializado en la capilla de Nosa Señora do Mar, que se alza sobre las rocas y el oleaje.
El enorme arenal de Valdoviño está sometido a fuertes vientos que han dado lugar a la formación de dunas que albergan especies vegetales de gran valor ecológico. Además, este humedal da cobijo a numerosas aves migratorias, entre las que destacan el ánade real, la focha común y el correlimos común.
San Andrés de Teixido
San Andrés de Teixido es una pequeña aldea del municipio de Cedeira (A Coruña) encajonada entre acantilados al borde del mar y rodeada de las montañas de la sierra de A Capelada. Es uno de los lugares de culto y peregrinaje más antiguos y remotos de Galicia, y su sola visita es un imprescindible de Galicia. Ya lo dice el popular dicho “A San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo”, que nos transmite la importancia de visitar este lugar, al menos una vez en la vida, además de las numerosa leyendas y supersticiones que giran en torno a este bello paraje.
Cualquiera que se acerque a este lugar debe visitar el santuario a San Andrés, también conocido como “San Andrés do Cabo de Mondo” (San Andrés del fin del mundo) que ocupa el interior de la pequeña iglesia local y data de 1785. Ya desde aquí, las vistas a los acantilados y el entorno costero de la Serra da Capelada son un auténtico regalo para la vista.
Serra da Capelada y acantilados de Herbeira
Muy cerca de San Andrés de Teixido, a poco más de 5 kilómetros, se encuentran los acantilados más altos de Europa Continental conocidos como Os Cantís de A Vixía de Herbeira, de 613 metros de altura sobre el nivel del mar. Desde aquí podrás admirar panorámicas hacia uno de los parajes más hermosos y espectaculares de Galicia. Un lugar donde los fuertes vientos provenientes del mar chocan contra las elevadas rocas y se elevan hacia su punto más alto. No es raro que ahí tropiecen las nubes y éstas sean impulsadas hacia arriba, en días ventosos, o se estanquen formando una masa nubosa que impediría tener una de las vistas más amplias de toda la costa gallega.
La formación de acantilados en esta zona del litoral se debe a la presencia de la Serra da Capelada, una escarpada cordillera que se asoma sobre el océano mostrando su variedad de rocas de alto interés geológico. Desde San Andrés de Teixido hasta el cabo Ortegal se disponen varios miradores desde los que admirar la grandeza de esta sierra y sus acantilados. Un lugar indómito, donde aún se pueden ver caballo en estado salvaje. De hecho en esta sierra se pueden ver algunos “curros”, lugar donde aún se realiza a rapa das bestas, la cual puede ser visitada para admiración de turistas por tratarse de un espectáculo inolvidable.
Cabo Ortegal y Ría de Ortigueira e Ladrido
El cabo Ortegal se encuentra a tan solo 10 kilómetros de los acantilados de Vixía de Herbeira, por lo que es muy recomendable visitar ambos lugares en la misma excursión. Este accidente geográfico constituye uno de los grandes puntos de referencia de la Costa Ártabra, ya no solo por constituir el límite norte de la misma, si no por ser el lugar establecido que separa el océano Atlántico del mar Cantábrico. Desde aquí se pueden avistar escarpados acantilados, rocas afiladas como cuchillas y singulares islotes de granito negro. Los más famosos, por su espectacularidad, son los llamados “Os Aguillós“, cuyo nombre proviene de su forma de aguijón. Se trata de cinco magníficos farallones donde el mar rompe con violencia y que parecen mojones que despiden los enormes acantilados de una costa salvaje y el mar bravío para dar la bienvenida a la ría de Ortigueira, más pausada y tranquila. Abrigo natural para pescadores y aventureros. Quizá por ello esta ría fuese a lo que los antiguos romanos dieron el nombre de “Magnus Portus Artabrorum”, del cual proviene el nombre de Costa Ártabra.
El entorno de la Ría de Ortigueira e Ladrido es, al igual que el cabo Ortegal, un lugar espectacular desde el punto de vista paisajístico. En los acantilados de Loiba (en la vertiente este de la ría) se instaló, en 2009, el primer banco más bonito del mundo que saltó a la fama gracias a las redes sociales y una fotografía ganadora de un importante premio: se trata del banco de Loiba. La ría consta también de un humedal protegido que abarca nada más ni nada menos que 3.000 hectáreas. Desde la desembocadura del río Mera hasta los acantilados de Cariño, por la vertiente oeste de la ría, o los acantilados de Loiba, por la vertiente este, existen sendas que transcurren entre marismas, pinares y playas que son una verdadera maravilla.