Sin DO ni IGP
Sin DO ni IGP
Es sabido que muchas bodegas cuentan con vinos que no cumplen los criterios de una Denominación de Origen o de una Indicación Geográfica protegida. Ya sea por las uvas que utiliza para su elaboración, por el origen de éstas, por los procesos diferentes llevados a cabo para alcanzar el producto final, o simplemente porque no desean estar bajo el paraguas de estos organismos. Pero el hecho de que no pertenezcan a uno de los citados organismos no significa que no puedan elaborar vino, sino que no están acogidos a los beneficios que ofrecen aquellos, y tampoco cuentan con las obligaciones regladas por dichos organismos. Sí tienen la obligación, con el fin de proteger a los consumidores, de pasar otros requisitos diferentes, aunque los estándares de calidad son, obviamente, diferentes.
Que los estándares de calidad sean diferentes no significa que la calidad de todos ellos sea baja, ni mucho menos. Significa que podrá haber vinos de diferentes calidades, pudiendo ser unos de menor calidad y otros de mayor calidad, atendiendo siempre a la regulación específica de cada tipo de vino.
Existen vinos en estas circunstancias con mucho arraigo, con personalidad y que, posiblemente, con más recursos o con una mayor promoción en el mercado, podrían llegar a ser objeto de una mayor demanda, con las implicaciones de precio y colocación de la producción que ello conllevaría.
¿Qué razones existen para no estar dentro de una DO o de una IGP?
Como ya se ha comentado, en la mayoría de las ocasiones la no pertenencia a una Denominación de Origen o IGP es que no se cumplen los criterios necesarios para pertenecer a ella.
Aunque son los menos, hay también quien decide, motu proprio, no adherirse. La razón de ello, exceptuando algunos casos de pequeños productores que simplemente no lo desean, es el desear experimentar con otras variedades de uva que no entran dentro de las categorías de admitidas, ya sean preferentes o autorizadas. Otro pequeño número de bodegas argumentan que, aunque podrían incluir sus vinos en uno de estos dos organismos, los autocontroles que se aplican son tanto o más rigurosos que los que aplican los propios Consejos Reguladores, no deseando asumir el coste de un doble control de calidad. Recordemos que son argumentos ofrecidos por algunas bodegas, no siendo razones probadas.
Existen bodegas también que, por su tamaño, podrían incluir algunos vinos dentro de los Consejos Reguladores y otros no, casuística que podría darse en alguna bodega de gran tamaño cuyo territorio se extendiese parte dentro y parte fuera de la zona descrita en el pliego de la Denominación de Origen o de la IGP que corresponda. Esto es poco habitual en Galicia, siendo razones aportadas por bodegas de otras regiones, con en La Mancha.
Existe quien argumenta que los límites de las DOs e IGPs están un tanto desactualizados en algunos casos, teniendo en cuenta los cambios climáticos y de las bondades de las tierras. Argumentan que existen tierras colindantes en las que unas están incluidas y otras no pueden acceder a la etiqueta de calidad y que podría suceder que, si no fuese por la razón de estar dentro de los límites, es muy posible que cumplieran todos los requisitos.
Otra corriente de opinión aboga por denominaciones más pequeñas, de manera que sería más fácil atender a unas características concretas para los vinos y, también se abriría la opción de ir incorporando nuevos territorios a las DO o IGP.
Zonas y bodegas sin DO, situación actual en Galicia
Galicia, de momento, escapa a muchas de las polémicas que giran en torno a otras Denominaciones de Origen. Las zonas y subzonas vitivinícolas se adecuan bastante a la realidad de la situación, cada una con sus características específicas en cuanto al cultivo de la vid y elaboración del vino.
Sin embargo, Galicia es tierra de vinos allá donde vayas. Y no todas las zonas vinícolas y bodegas están representadas dentro de una D.O.P. o una I.G.P. El sur de Galicia está repleto de bodegas, aunque algunas se han ubicado fuera de los límites geográficos, también su zona de producción. Esto imposibilita que, aunque lo deseen, puedan adscribirse a ellas para obtener un sello de calidad, aspecto que ya hemos comentado en líneas anteriores.
No obstante, es probable que pasasen dichos controles en cuanto a características específicas de una zona en concreto y también en cuanto a calidad y gestión de trazabilidad.
Aquí presentamos un listado con algunas de las bodegas que cuentan con distintos tipos de vino sin DO ni IGP.